El rock and roll, más vivo que nunca

Si bien la última edición del Cosquín Rock estuvo marcada por la gran variedad de estilos, el viejo rock and roll -aquel que le dio vida a este festival allá por 2001- fue protagonista estelar de esta edición, con muchas bandas que pisaron por primera vez el escenario principal y las ya consagradas que, como nos tienen acostumbrados, brillaron con actuaciones sobresalientes

El rock and roll, más vivo que nunca

En una época marcada por el aflore de la música urbana y también de la cultura indie, el rock “barrial” junto a su cultura “rolinga” parecían haber estado eclipsados. En ese contexto, el festival de las sierras fue la cita ideal para que las bandas reluzcan y reivindiquen la vigencia del género. El escenario principal, denominado “Norte”, fue testigo de la llegada de miles de rockeros que se hicieron notar con decenas de banderas de todos los colores y procedencias -incluidos varios países latinoamericanos- con la presencia de varios logos de distintas bandas.

Farolitos, El Bordo, Ojos Locos y la elegancia barrial de Guasones marcaron el tempo en la primera jornada. Desde temprano, las cuatro bandas, desde sus orígenes relacionadas con el rock chabón, fueron subiendo la temperatura en las tablas. No Te Va Gustar continúo con la misma línea, pero dando un espectáculo de una hora y media que dejó extasiado a los miles de fanáticos. Los uruguayos se tomaron su tiempo y repasaron toda su carrera, algo que quedó en claro desde los primeros dos temas del repertorio: “Más mejor”, de su segundo álbum de estudio (Este fuerte viento que sopla), y “La Rama”, de su último disco (Luz). La banda encabezada por Emiliano Branccieri se dio el gusto de invitar a Facundo Soto (Guasones) para interpretar el ya clásico “Tan Lejos”, para la explosión del público. Tras el extenso show de los uruguayos, llegó el turno de Skay y Los Fakires. Como es costumbre, el ex guitarrista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota -una eminencia del rock nacional- agrupó a decenas de miles de fanáticos, que llegaron a su clímax en el pogo más grande del mundo, en Ji Ji Ji. Divididos y su aplanadora partieron la tierra con un show de más de una hora que retumbó en todo el predio, y el cierre a cargo de Juanse le dio el toque especial, cómo si no hubiera faltado rock and roll durante todo el día. León Gieco, Celeste Carballo, Junior Lescano, Alejandro Kurtz y Mateo Sujatovich fueron los invitados del líder de los Ratones Paranoicos. Chapeau.

No Te Va Gustar brindó uno de los shows más destacados del fin de semana.

El día domingo fue el que más gente movió y el más rolinga también. El Vuelto fue el encargado de dar el puntapié inicial, seguidos por los Jóvenes Pordioseros. «Acá me ves, acá me tenés, puedo dejar todo por volverte a ver” y «no me arrepiento de haber venido hasta acá, de haber viajado una hora para volverte a ver”, las frases que el público coreó a puro sentimiento junto al carismático Toti Iglesias. Luego, El Plan de la Mariposa dio una breve pero intensa presentación, luego de algunos problemas en el armado de los equipos. “El Riesgo”, “Incandescente”, “La Vida Cura”, “Tesoro Escondido”, “Túnel de la vida” y “Un mal delito entre Confiar o Morir” fueron los temas seleccionados por los hermanos oriundos de Necochea, que debieron recortar la lista a último momento. Un trapo gigante se unió a las cientos de banderas cuando Caras Extrañas salió al escenario. El show de la nueva banda de Junior Lescano, surgida tras la separación de La 25, fue quizás el momento más representativo del rock barrial en el festival, con fanáticos bailando, tomándose la cabeza con sus manos y soltando algunas lágrimas.

Mientras caía el atardecer, Las Pastillas del Abuelo tomaron la posta y con un repertorio lleno de clásicos fascinaron a sus fanáticos, que los antepusieron a Fito Páez, nada más y nada menos. “Viejo Karma”, “Enano”, “¿Me juego el corazón?”, y “Vuelta de Tuerca” fueron algunos de los temas elegidos. Además, sorprendieron al invitar a Francisco Lago, líder de Cruzando el Charco, para entonar las estrofas de “Ama a quien llora por ti”.

El escenario Norte presenció la mayor convocatoria de público en todo el festival con la presentación de Ciro y Los Persas. El ex líder de Los Piojos, banda abanderada de la cultura rolinga, sorprendió al presentar 40 músicos arriba de las tablas. Es que la Orquesta Sinfónica de Villa María, liderada por Luis Nani, acompañó a Ciro durante los primeros cinco temas, una iniciativa nunca antes vista en un Cosquín Rock. “Antes y Después”, “Pacífico”, “Ruidos” y “Canción de Cuna” fueron las canciones que sonaron bajo la maravillosa estela de vientos y cuerdas. Luego, Martínez sorprendió a sus fanáticos con varios clásicos piojosos, como “Y que más“, “Hoy es Hoy«, “Te Diría” y el tango “Gris”. Se vio a un Ciro suelto, distendido y con mucho ida y vuelta con su público.

Ciro Martínez sorprendió a todos, acompañado en el escenario por Los Persas y la Orquesta Sinfónica de Villa María.

El cierre estuvo a cargo de Las Pelotas, quien si no. La banda liderada por Germán Daffunchio, la única que dijo presenté en todas las ediciones del festival, emocionó a todo el público rockero al invitar a Ismael Sokol, líder de El Vuelto e hijo del querido Alejandro “Bocha” Sokol, para interpretar “Movete” y “Día Feliz”, en uno de los momentos más emotivos del fin de semana. El público agradecido, la banda feliz.

Quedó claro que el nuevo formato del Cosquín Rock muestra evolución y apertura a nuevos géneros, temáticas y públicos -algo que también se irá convirtiendo en su marca registrada- pero la esencia del festival fue y seguirá siendo el rock popular que mueve masas. Por eso, vale dejar en claro, una vez más, que el rock and roll sigue más vivo que nunca.

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