Inspiración y transpiración

Pepe Ortega y Marcos Speranza se fusionan una vez más y llegan a la Feria del Libro para presentar sus últimos lanzamientos, “Indicadores de sustentabilidad urbana” y “Falso Positivo”

Inspiración y transpiración

Pepe Ortega (PO) y Marcos Speranza (MS) se fusionan una vez más y llegan a la Feria del Libro para presentar sus últimos lanzamientos, “Indicadores de sustentabilidad urbana” y “Falso Positivo”.

Los autores trabajan juntos desde hace más de una década, y han mostrado su producción conjunta en trabajos de interés profesional como de ficción. Vienen recargados para esta Feria del Libro, estrenando una obra en cada campo, ambas publicadas por Brujas: “Indicadores de sustentabilidad urbana”, con la coautoría de José Manuel Campos (3 de Octubre, 19 horas, Consejo Profesional de Ciencias Económicas, presentan Enzo Cravero y Viviana Sbarato) y “Falso Positivo” (4 de Octubre, 18 horas, Casa de Pepino, presentan María Elena Legaz, Leandro Calle y Mariano Almada).

Tantos libros en colaboración deben suponer una ventaja para ustedes. ¿Cuál es?

PO: Siempre disfruté de trabajos plurales, especialmente cuando ponen en valor varias cabezas aplicadas a un mismo objetivo. Parece sencillo decirlo, aunque no es fácil cooperar del modo en que dicho propósito requiere. Se hace necesaria una horizontalidad y cierta comunión de valores que compense diferencias y enriquezca los aportes individuales sin mortificaciones. Con Marcos he trabajado primero, luego hicimos una amistad y finalmente produjimos juntos textos del más diverso orden.

MS: En estos dos últimos trabajos, además, logramos una disciplina que probablemente antes sólo haya aparecido en las más duras experiencias laborales que compartimos. A la inspiración le agregamos más transpiración y ambos libros fueron ejecutados de manera muy organizada.

¿Por qué la biodiversidad urbana?

PO: El debate ambiental ha progresado lo suficiente para plantearnos desafíos de estas características. La idea de buscar la biodiversidad adentro de la ciudad tiene 30 años, si nos remontamos a la Agenda 21 (surgida de la cumbre de Río de 1992), aunque su planteo instrumental aparece en la COP 10 (2010) y se empiezan a proponer indicadores desde entonces. Córdoba ofreció, en algunos lapsos de su historia reciente, vanguardia ambiental. Retomar ese tren, como intenta actualmente el municipio con instituciones como el Ente Biocórdoba, exige registrar y medir como se lo hace en urbes realmente consustanciadas con la sustentabilidad.

MS: Trabajé en una tesis de maestría (dirigida por Ortega) en la que analizamos si los Objetivos de Desarrollo Sustentable, comprometidos en el marco de la comunidad internacional, eran posibles de ejecutar y aplicar en escalas subnacionales y municipales. Nos entusiasmamos con  imaginarlos como estándares posibles, materializados a través de acciones concretas: presupuestos, programas, ordenanzas, reglamentos, planes, intervenciones, monitoreos. Los indicadores de Singapur, hasta ahora los más completos, presentan tres áreas (biodiversidad autóctona, inducida o migratoria y estructura de gobierno) que en Córdoba pueden medirse perfectamente.

PO: En el libro además participa José Manuel Campos, experto reconocido, con antecedentes en la formulación de indicadores, que desmenuza las más de veinte variables que se nuclean en esos tres grandes grupos.

¿Es sencillo sacarse el chip académico y ponerse en modo literario?

PO: En lo personal siempre funcioné entre uno y otro rubro sin mayor dificultad, aunque tomé más en serio a mi vocación literaria en los últimos diez años, cuando decidí dejar de compartir con amigos mis relatos y publiqué “El Festejo” (2012). Desde entonces fueron cuatro libros, dos en sociedad con Marcos, que nos han dado muchas satisfacciones.

MS: Siempre asumí con mucha responsabilidad mi participación en ámbitos literarios, tanto en la producción (llevo cuatro libros) como en la cátedra libre Julio Cortázar (donde hemos concretado seminarios y publicaciones). En el caso del trabajo con Pepe, lo hacemos con naturalidad y cada vez -insisto en ello- con mayor organización.

“Dominio imperfecto” (su anterior libro juntos) tuvo cuentos premiados y traducidos a otros idiomas ¿Qué representa “Falso positivo” en esta etapa de sus carreras?

PO: Mi trabajo en este libro está impregnado por la pandemia, por la pérdida de mi padre, víctima del Covid cuando nada nos protegía en los contagios. Aunque mis colaboraciones no necesariamente trasunten ese dolor, están determinadas por aquellas circunstancias y tratan de contagiar el efecto contrario: fuerza para movernos.

MS: Cuando presentamos “Dominio imperfecto” (2019), pensábamos que el próximo paso sería una novela. El tremendo 2020 y sus secuelas, llevaron los ánimos y los esfuerzos a otro racimo de relatos, donde hemos puesto lo mejor de nosotros, no para echar más pena donde la hubo, sino para corrernos de tal cadena de desatinos. Contamos felizmente con la guía de María Elena Legaz en la edición, y con el prólogo de Mariano Almada, que vale la pena leer.

¿Y la novela, para cuándo?

PO: Dejanos disfrutar de esta Feria (en la que personalmente tuve, además, la oportunidad de colaborar en la producción del evento) y estas dos obras, en las que contamos con el apoyo decidido de Marcelo Ferrero (Editorial Brujas) y de instituciones como la Legislatura, además de otras personas que nos alientan con palabras o con hechos, a seguir escribiendo.

MS: La novela llegará cuando tenga que llegar, quizá más temprano que tarde. Las ideas, y las ganas, están intactas.

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