Los vestigios de un edifico histórico

La Estancia Jesuítica de Caroya abre sus puertas para conocer sus piezas antiguas y adentrarse en la historia de la orden Jesuita

Los vestigios de un edifico histórico

En la Estancia de Caroya funciona un museo pluritemático y un centro de interpretación

La localidad de Colonia Caroya se encuentra a menos de 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Allí se encuentra la Estancia Jesuítica de Caroya. El espacio cultural abre sus puertas al público, de martes a viernes, de 9 a 19. Las visitas guiadas son hasta las 18. Mientras que los sábados, domingos y feriados el horario es de 10 a 19.

La casa está estructurada alrededor de un patio central. El claustro está conformado por diez habitaciones, con muebles y objetos de diversas épocas, y una casilla que data del siglo XVII. Su estructura edilicia muestra rasgos arquitectónicos propios de los siglos XVII a XIX, marcados por las distintas etapas de utilización de la casa. En la actualidad la estancia acoge un museo pluritemático y un centro de interpretación.

El espacio fue asesorado por la orden francisana, luego del período jesuítico. A inicios del siglo XIX se convirtió en una dependencia del Virreinato del Río de la Plata.

Pasada la Revolución de Mayo, entre 1814 y 1816, por su ubicación, la Estancia de Caroya fue elegida por las Provincias Unidas del Río de la Plata para la instalación de la primera fábrica de armas blancas.

Allí se forjó el histórico sable que el gobernador José Javier Díaz le obsequió, en 1815, al general José Gervasio Artigas.

Actualmente, la institución posee una réplica original en exhibición, mientras que el original descansa en el Museo Histórico Nacional de Uruguay, en Montevideo. El establecimiento fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 2000.

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