El mes de diciembre comenzó con fuertes días de calor (elevadas temperaturas), y el pronóstico para este verano será de temperaturas elevadas. Esta situación afecta a nuestra rutina alimentaria, de forma tal que se aumenta el consumo de comidas, frutas y verduras frescas para sobrellevar el clima. Además, nunca se debe dejar de lado la importancia de la buena alimentación en el hogar.
Por ello, el mantenimiento de la comida -en tiempos de extremo calor- es de suma importancia para no llegar a la horrible situación de tirar a la basura lo que tenemos.
También, hay que partir de todos los recaudos que supimos apropiarnos durante el año: sanitización de los productos del supermercado con alcohol (envases, cajas, latas) y con lavandina apta para diluir en agua para las frutas y verduras.
Así, te traemos pequeños consejos para que le des un mejor rendimiento a todos tus alimentos.
Lácteos: El principal problema con los lácteos es la ubicación que le damos dentro de la heladera. Primero, hay que aclarar que estos no deben permanecer fuera de la heladera por mucho tiempo.
Por otro lado, es recomendable que cualquier producto lácteo se conserve en espacios de la heladera que no se encuentren en permanente contacto con el ambiente cálido al abrir o cerrar la puerta. Por ello, dejarlos en un rincón es lo ideal, como así también, mantenerlos al final de la misma.
Frutas y Verduras: Las frutas y verduras es lo que más se consume en esta época del año. Y la conservación varia según los tipos. Pero lo que es siempre aconsejable es comer todo en el momento”. Esto quiere decir, evitemos dejar sobras.
Algunas verduras también necesitan de la ayuda del agua para mantenerse, por ejemplo, la zanahoria que, aunque se encuentre en la heladera, siempre es mejor mantenerla bajo agua para que dure su aspecto firme y fresco.
Carnes: El calor y las carnes nunca son una buena combinación, y para ello siempre tenemos la posibilidad de utilizar el freezer. De esta forma, se recomienda descongelar con agua caliente previo a su cocción.
Varias personas tienen el hábito de descongelar la carne la noche anterior o a primera hora del día que se consumirá, y siempre a temperatura ambiente; pero la mejor forma es descongelar en el momento preciso de usarla. ¿Cómo? Una olla, agua caliente y listo. Mientras menos permanezca expuesta al clima es mejor, y el agua funciona como protector de bacterias.
Huevos: Su mantenimiento parece una tarea simple, pero un consejo para garantizar que estén fresco, es conservarlos en agua adentro de un recipiente cerrado. Otro dato: los huevos que se sumergen y flotan serán aquellos que deben consumirse primero, en contraste con aquellos que se mantienen en el fondo. Esto tiene que ver con la antigüedad que posee cada uno.
Enlatados: Es preciso siempre buscar un espacio oscuro dentro de nuestro hogar que goce de la temperatura ambiente que se da durante el año. La heladera y los enlatados no son compatible, esto se debe a que la lata es susceptible de oxidarse y contaminar al resto de los alimentos. Lo recomendable: abrir una lata y conservar su contenido en un recipiente cerrado.