Según el informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA, las jubilaciones experimentaron una leve recuperación en los últimos meses, pero aún se encuentran por debajo de los valores de 2023 y un 40% más bajas que hace una década. El estudio señala que, tras la devaluación de diciembre y el cambio en la fórmula de actualización, los jubilados que perciben la mínima lograron una leve recuperación del poder adquisitivo perdido en diciembre y enero. Sin embargo, «los haberes mínimos jubilatorios a precios constantes lograron su mayor poder adquisitivo en 2013», indicó el informe, que destacó que «a partir de ese momento, tuvo lugar una caída constante de los mismos, sólo parcialmente compensados por el régimen de bonificación«.
«El momento más crítico del valor del haber mínimo jubilatorio tuvo lugar en febrero de 2024, cuando la jubilación mínima cayó a $160.285, y representó una caída del 66% con respecto al haber promedio del año 2013. En ese momento, la jubilación mínima – incluyendo el bono extra- era similar a la que se percibía entre 2003-2004 (en proceso de recuperación del ingreso real)». Con la implementación de una nueva fórmula de actualización jubilatoria, los haberes se recuperaron y alcanzaron en octubre los $244.321 sin bono y $314.321 con bono. Para noviembre, el monto garantizado será de $252.798, con bono irá a $322.798.
Esta situación se da en el marco del rechazo del Gobierno a una nueva fórmula de movilidad jubilatoria que fue aprobada por el Congreso. Esa fórmula preveía un aumento del 7,2% en los haberes previsionales del sistema general de la ANSES, así como un pago adicional del 8,1% para recomponer los haberes tras la alta inflación de enero de 2024.
Por otro lado, tal como lo prometió, pero con algunos meses de demora, Anses comenzó a liquidar los haberes de jubilados con sentencias judiciales firmes con su respectivo ajuste, pero sin pagarles el retroactivo correspondiente.