Psicología gatuna: Algunas nociones básicas

Si tenemos un felino por mascota, es importante aprenden a interpretar las claves que definen su carácter

Psicología gatuna: Algunas nociones básicas

Pese a la repetida afirmación que asegura que el perro es el mejor amigo del hombre, cosa que nadie pone en duda, para una persona mayor tener un gato como animal de compañía puede tener importantes ventajas.

De hecho, los felinos domésticos, exigen muy pocos requisitos para estar a gusto en un hogar. No es necesario sacarlos de paseo varias veces al día, ni demandan un gran espacio para correr y ejercitarse. Además, son muy limpios y no les importa lo más mínimo quedarse solos unas horas en casa. La especie, por tanto, cuenta con un buen número puntos a su favor para convertirse en la mascota ideal para muchos.

Los mininos ‘caseros’ conviven con el hombre desde la antigüedad, y según la época histórica y las distintas civilizaciones, han tenido todo tipo de consideraciones. Símbolo de buena suerte, imagen protectora en el Egipto faraónico, reencarnación del mismísimo satanás, mal fario si es de color negro y hasta poseedor de poderes paranormales.

En realidad, los gatos son animales que cuentan con ciertas características físicas, y pautas de comportamiento perfectamente conocidas y definidas por veterinarios y etólogos, y que son las que marcan su conducta y esas reacciones que a veces resultan difíciles de entender.

A nivel físico tu gato tiene algunos de sus sentidos extraordinariamente desarrollados: vista, oído y olfato. Eso explica algunos de sus hábitos y costumbres, como ser un cazador nato aunque nunca haya salido de tu casa, permanecer más activo por las noches, porque sus ojos se adaptan perfectamente a la luz tenue y a la semioscuridad, o anticiparse y reaccionar, con asombrosa rapidez, en una circunstancia determinada, porque su finísimo oído parece dotarle de un sexto sentido.

Todo esto unido a su carácter independiente por naturaleza, hace que sean muchos los que se sienten fascinados por los gatos y otros, en cambio, simplemente no los soporten.

Por otra parte, estos animalitos tienden a llevarse las críticas de muchos al considerarlos animales que no manifiestan cariño. En general, los gatos domésticos son sociables, aunque también necesitan que su pequeño espacio sea respetado. Respecto a su expresividad, es más rica de lo que parece pero muy distinta a la que presenta un perro.

La mera observación te permitirá aprender a conocer el lenguaje corporal de los felinos. La dirección de sus orejas, el lomo más o menos arqueado, la posición de la cola y hasta su suave parpadeo (se dice que equivalen a besos)… todo tiene un significado que debes descubrir para que la comunicación con tu gato sea perfecta.

Lo que debes hacer (y lo que no) para una buena convivencia

Salvo que tu gato presente algún problema grave de conducta, por ejemplo: miedos insuperables, ansiedad o agresividad, entender a tu mascota felina no debe resultarte complicado, siempre que seas consciente de sus particularidades y no te tome por sorpresa alguna de sus reacciones inesperadas.

Respecto a la conducta de los gatos, algunas pautas que señalan los veterinarios y que deben tener en cuenta aquellos que estén pensando en adoptar uno son:

• El gato es un animal independiente. No quieres decir que no le gusten los juegos, los mimos y las caricias, pero prefiere ser él quien decida el momento oportuno para establecer contacto con aquellos con los que convive.

Si detectas que quiere estar solo y tranquilo, déjale y si notas algún signo de inquietud o ‘malas pulgas’ (orejas hacia atrás, agazapado en posición de ataque, movimientos rápidos de la cola)… mejor aléjate. Nunca lo acorrales.

• Los mininos son extremadamente limpios y dedican parte de su jornada diaria a su propio aseo. Esto implica que debes mantener tanto sus comederos como su arenero limpios, para evitar que pueda hacer ‘sus cosas’ donde no debe. En este sentido, los expertos señalan que comportamientos inadecuados que causan problemas de este tipo son frecuentes durante la época del celo. En los casos más complicados, la esterilización puede ser una posibilidad.

• Respecto a la costumbre de restregar su cara contra determinados objetos o incluso hacerlo en las piernas de sus dueños, es algo innato en ellos y una manera de marcar su territorio (y a sus dueños).

• Problema frecuente es también su necesidad de arañar. También forma parte de su particular marca territorial y además les sirve para afilarse las uñas al tiempo que deja su huella en forma de feromonas. La solución es sencilla, regálale un rascador, mejor si tiene varios pisos por los que pueda escalar y pronto entenderá que ése es el lugar perfecto para hacerlo.

Aunque muchas personas crean que un gato es difícil de educar y adiestrar, no es cierto en la mayoría de los casos. Con algo de paciencia y un entrenamiento basado en el refuerzo positivo, nunca en el grito o el castigo, llegará a sorprendente con todo lo que es capaz de aprender… si tiene ganas, por supuesto.

 

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