Los indígenas copan Quito y jaquean al Gobierno

Los indígenas copan Quito y jaquean al Gobierno

QUITO. – La crisis ecuatoriana entró ayer en un estado terminal cuando los pueblos indígenas coparon la capital del país en vísperas de la gran protesta colectiva promovida por distintas organizaciones y programada para hoy contra el presidente Lenín Moreno, quien huyó de Quito y trasladó la sede del Gobierno a Guayaquil, en una muestra evidente de su estado de debilidad.

La movilización de las comunidades indígenas, que arrancó el fin de semana desde distintas provincias del país, paralizó literalmente el funcionamiento de la capital, bloqueando decenas de arterias nodales y desatado violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. El punto álgido de las protestas sobrevino a la tarde, cuando los manifestantes irrumpieron en la Asamblea Nacional al grito de “¡Fuera Moreno, fuera!”, aunque la toma del edificio duró un breve lapso de tiempo, pues fueron desalojados por la policía.

La sede se encuentra cerca de un parque de Quito donde hay unos 20.000 miembros de grupos indígenas convocados desde todo el país por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) para la gran marcha que tendrá lugar hoy para exigir la derogación de las recientes medidas económicas anunciadas por Moreno en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), especialmente la quita de los subsidios a los combustibles (que elevó sus precios hasta un 123%), o directamente la renuncia del jefe de Estado.

También hubo intentos de saqueos y ocupación de otras sedes oficiales, aunque la dirigencia de la poderosa Conaie negó vínculos con los desmanes y dijo que la protesta fue infiltrada. “El Gobierno ha querido mancillar, ha querido manchar nuestra marcha diciendo que estamos haciendo actos vandálicos, actos de saqueo, actos de robo”, señaló Leonidas Iza, presidente del Movimiento Indígena y Campesino de la provincia andina de Cotopaxi. Las manifestaciones también tocaron la economía del país: la producción de petróleo de 531.000 barriles por día se redujo en un 31% por la ocupación de pozos en el Amazonas.

El Gobierno respondió hasta ahora con una profundización de la represión, en el marco del “estado de excepción” decretado por Moreno la semana pasada, que ayer sumó un “toque de queda” parcial. Además de la policía, los militares fueron desplegados en la capital a la espera de la movilización convocada para hoy, lo que genera un estado general de incertidumbre que hace temer lo peor. Lo confirman las propias calles de Quito, que luce como una ciudad paralizada por el escaso transporte y la suspensión de clases y el comercio.

Moreno se refugió y acusó a Maduro
QUITO.- Acorralado por el aluvión indígena, el presidente Lenín Moreno trasladó en la noche del lunes la sede del gobierno a Guayaquil, para evitar la protesta masiva anunciada para hoy en la capital del país. Desde allí, acompañado del ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, y altos mandos militares, emitió un mensaje a la nación en el que ratificó las medidas adoptadas y culpó al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y a su antecesor en el Ejecutivo, Rafael Correa, de la situación.

“El sátrapa de Maduro ha activado junto con Correa su plan de desestabilización”, dijo Moreno, quien quitó entidad a las protestas y aseguró que “son los corruptos que han sentido los pasos de la Justicia cercándolos para que respondan”. Por la noche, anunció un “toque de queda” en áreas aledañas a edificios centrales del Estado. 

Correa vuelve y pidió adelantar los comicios
BRUJAS.- En un video publicado en las redes sociales, el ex presidente Rafael Correa (2007-2017) reclamó ayer el adelantamiento de las elecciones en Ecuador y respondió las acusaciones de Lenín Moreno, su antiguo aliado, en el marco de la mayor protesta social que vive el país en más de una década.

“Aquí no hay golpismo. Los conflictos en democracia se resuelven en las urnas y es precisamente lo que pedimos: (…) adelantar elecciones en caso de grave conmoción social, como la que estamos viviendo ahora”, reclamó Correa, quien más tarde anunció que “voy a tomar el avión de París a Bogotá y voy hacia Guayaquil. Somos la inmensa mayoría. Voy para preparar la séptima convención de la Alianza Pais (…). Sabemos que la militancia, la inmensa mayoría, está con nosotros. Ellos tienen el poder, lo usan sin escrúpulos, compran, presionan. Amenazan”

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