CANBERRA.- Las graves sequías y las temperaturas récord, dos importantes consecuencias directamente vinculadas por especialistas al cambio climático, podrían intensificar los incontrolables incendios que se desataron en Australia. Así lo advirtió el sábado pasado Shane Fitzsimmons, comisionado del Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur (donde ya se quemaron alrededor de cuatro millones de hectáreas).
Los focos se encuentran activos desde septiembre pasado y ahora afectan a zonas de la costa este y sur, que es donde vive la mayoría de la población. Al cierre de esta edición, habían provocado al menos 24 muertos, decenas de desaparecidos, casi 500 millones de animales muertos y cuantiosos daños materiales. Si bien Australia siempre sufrió incendios forestales, este año se agravaron. La causa inmediata es el clima, específicamente, un fenómeno conocido como dipolo del Océano Índico, que propició un período de calor y sequía. Las temperaturas, a mediados de diciembre pasado, superaron los 41º, récord en Australia.
El calor se sumó a un prolongado período de sequía y a la mano intencional del hombre. La situación se agravó en las últimas horas. Las condiciones generaron lo que se conoce como tormentas de fuego”, un fenómeno que propaga los incendios mediante fuertes ráfagas de viento que levantan brasas y cenizas. De hecho, los incendios amenazan con trasladarse a países vecinos como Tasmania y Nueva Zelanda. Debido a atmósferas más inestables en este mundo más cálido, los incendios están tendiendo a generar más tormentas de fuego”, advirtió Marc Castellnou, uno de los expertos en incendios más reconocidos a nivel mundial. Cuando llevas años en el mundo de los incendios eres consciente de que las cosas van a empeorar con el cambio climático. Pero verlo en directo y ser testigo de la velocidad con la que se va produciendo el proceso te deja atónito”, añadió el especialista.