BRASILIA.- La crisis sanitaria e institucional no deja de profundizarse en Brasil, donde el viernes renunció el nuevo ministro de Salud que había puesto el presidente Jair Bolsonaro hace menos de un mes para reemplazar a Luiz Henrique Mandetta, a quien echó por sus políticas a favor del aislamiento social para enfrentar la pandemia del coronavirus, que sigue creciendo a picos alarmantes en el vecino país.
El ahora ex ministro de Salud Nelson Teich (62 años) renunció de hecho argumentando incompatibilidades” con el presidente Bolsonaro en la lucha contra el virus: si bien no explicó públicamente sus diferencias, ya se había hecho evidente en su corta gestión que el jefe de Estado disponía unilateralmente medidas que el ministro rechazaba, como la apertura de peluquerías, gimnasios y salones de belleza.
La prensa brasileña indicó que la gota que rebalsó el vaso fueron las presiones de Bolsonaro para que Teich autorizara el uso de la droga cloroquina” en el estadio inicial del tratamiento a pacientes con coronavirus, pese a que las pruebas con ese medicamento no son concluyentes. La cloroquina hoy sigue siendo una incertidumbre. Hubo estudios iniciales que sugirieron beneficios, pero hay estudios que dicen lo contrario”, dijo de hecho Teich días atrás, cuando argumentó que los datos preliminares de China indican que tiene una alta mortalidad”.
Lo cierto es que, para reemplazarlo, Bolsonaro designó al general Eduardo Pazuello como nuevo titular de la cartera, un hombre sin ninguna experiencia en el área, en momentos en que la pandemia llega a su pico máximo: con casi 15.000 contagios en 24 horas, Brasil se convirtió el sábado en el cuarto país con más enfermos confirmados de coronavirus en el mundo, al totalizar 233.142 casos confirmados y 15.633 muertos.
Desafiante, Bolsonaro asistió nuevamente ayer a una manifestación a su favor, acompañado esta vez por medio gabinete de ministros, desoyendo las medidas de la OMS para evitar las aglomeraciones de gente. La gente quiere trabajar para colocar comida en su mesa”, insistió al cuestionar otra vez las medidas de aislamiento social, y celebró que es una manifestación pura de democracia. Estoy muy honrado con eso. Sin ningún letrero agresivo a quien quiera que sea”.
Lula denunció un genocidio”
El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva volvió a la escena pública para denunciar que Brasil vive un genocidio” causado por el actual mandatario Jair Bolsonaro en sus políticas para enfrentar la pandemia.
El Gobierno transforma a quienes están preocupados por el coronavirus en enemigos y eso no puede dar buenos resultados”, advirtió Lula, quien en la entrevista aseguró que reza para que el pueblo brasileño escape de un genocidio causado por responsabilidad del presidente brasileño”. Lula también consideró que Bolsonaro no confía en los civiles”: Hoy en día hay menos civiles que militares en el Palacio del Planalto. Ellos mandan hoy en Brasil”, sentenció.
Favelas en situación crítica
Si la crisis sanitaria disparada por el coronavirus es grave en todo Brasil, la situación en sus favelas es aún más crítica, aunque no lo reflejen las estadísticas. Científicos divulgaron de hecho investigaciones sobre la subnotificación de casos de Covid-19 que señalan que los contagios son 10 o 15 veces superiores a los oficiales y hoy superarían los 2.000.000 de personas.
La mayoría de los casos subnotificados estarían en las favelas: según un monitoreo de una ONG en Río de Janeiro sobre estadísticas oficiales, sólo 387 habitantes de favelas cariocas habrían sido infectados y 132 murieron. Pero quienes caminan las favelas denuncian que la situación es muchísimo más grave.