BRASILIA.- Con más de 162.000 muertos y 5.000.000 contagios por la pandemia del coronavirus, Brasil se prepara para celebrar el domingo unas elecciones municipales que no pondrán en juego el poder de Jair Bolsonaro –que no lleva candidatos propios-, pero sí se presentan como la línea de largada para las elecciones presidenciales de 2022, con potenciales candidatos emergentes que no se encuentran encolumnados ni con el mandatario ultraderechista ni con el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Al contrario de otros países, las municipales en Brasil no son elecciones de medio término, porque no son legislativas ni funcionan como referéndums, aunque si hay víctimas: el primero es el Presidente, que se jugó por alcaldes que no pueden elegirse. Un dato elocuente respecto a la relevancia del comicio es la campaña del grupo poderoso mediático Globo para buscar el Joe Biden brasileño” para reemplazar a Bolsonaro.
Entre los nombres que pueden surgir como potenciales candidatos para 2022 después del domingo están el del gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el laborista y ex ministro Ciro Gomes, el comunista Flavio Dino, gobernador del estado de Maranhao, y sobre todo una proyección nacional del Demócratas. Heredero del Partido Frente Liberal, que apoyó a la dictadura militar, Demócratas tiene un sector bolsonarista pero podrá pisar fuerte como espacio propio en caso de que venzan, como se espera, Eduardo Paes en Río de Janeiro y Bruno Reis en Salvador.
Dentro del partido hay hombres de peso institucional como el jefe de Diputados, Rodrigo Maia, que promociona la candidatura del animador televisivo de Tv Globo y magnate ultraliberal Luciano Huck; o el ex ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta, un bolsonarista arrepentido.
Se espera un crecimiento de la centroderecha tradicional y de una nueva coalición de centroizquierda”, sintetizó el cientista político Vinicius Rodrigues Vieira, quien sin embargo consideró que estos comicios promoverán un retorno de la política tradicional, teniendo en cuenta el zenith del momento antipolítica” que representó en 2018 Bolsonaro.
En ese marco, la figura de Gomes aparece como opción para ocupar el liderazgo de la centroizquierda compitiendo con el inhabilitado Lula, que conserva un cuarto del electorado pero no encuentra herederos que amplifiquen su poder. Su candidato Jilmar Tatto está quinto con 4% en las encuestas en San Pablo y en Río la candidata del PT Bendita da Silva marcha cuarta. De todos modos, se espera que el PT logre salir del pozo de su peor performance histórica, la de 2016, año de destitución de Dilma Rousseff.