El Reino Unido lanzó la primera campaña de vacunación contra el coronavirus en Occidente, mientras la Unión Europea (UE) y Estados Unidos esperaban la aprobación del antídoto en los próximos días, con la pandemia recrudecida a un año de que su surgimiento trastornara la vida de la humanidad entera.
Los países europeos preparan el calendario y los criterios para iniciar el proceso de vacunación masiva que, para muchos expertos, podría acabar con el drama que asola al continente.
Sin embargo, este nuevo paso para derrotar el virus plantea vencer los retos logísticos que supone el traslado y la administración de las dosis desde los centros de fabricación.
Aunque la mayoría de los países europeos fijaron el mes de enero para comenzar con su suministro a la primera parte de la población, el Reino Unido se convirtió en el primero en inmunizar a su población con la vacuna elaborada por la alianza farmacéutica Pfizer (Estados Unidos)-BioNTech (Alemania).
Una jubilada británica de 90 años recibió hoy la primera dosis, en el puntapié inicial de un histórico proceso que renueva la esperanza ante un flagelo que ya dejó más 67 millones de infectados y de 1,5 millones de muertos.
El éxito de la campaña, que se augura larga y de logística complicada, es crucial para el Gobierno del primer ministro Boris Johnson, quien fue duramente criticado por su errática gestión de la pandemia y también cuando, tarde, decidió imponer fuertes restricciones para controlarla, muy resistidas incluso dentro de su Partido Conservador.
El Ejecutivo se mostró «absolutamente seguro» de que las autoridades sanitarias tendrán la próxima semana unas 800.000 dosis de la vacuna, de un total de 40 millones encargadas para inmunizar en los próximos meses a unos 20 millones de personas.
En España, enero es el mes elegido para iniciar el proceso, aunque la campaña se desarrollará durante meses en tres fases y será voluntaria y gratuita entre una población con un alto porcentaje de ciudadanos que, según las encuestas, parece reacio a dársela.
Hungría, siempre enfrentada a las autoridades comunitarias, adelantó que analizará todas las vacunas existentes, sean las autorizadas en la UE o en otros países, como Rusia, China e Israel.
En Rusia, la campaña de vacunación masiva arrancó en Moscú el 5 de diciembre, con lo que la capital se convirtió en la primera ciudad del país en el empleo de la vacuna nacional Sputnik V.
Los primeros en recibir la vacuna son personal sanitario, profesores y trabajadores sociales, entre otros grupos de riesgo. La inmunización comenzó previamente en el Ejército ruso.
En Alemania, el ministro de Sanidad, Jens Spahn, dijo que cuenta con que las vacunaciones puedan comenzar antes de que termine el año y tendrían prioridad los grupos de riesgo -personas mayores y con patologías previa-, así como las personas que trabajan en hospitales y hogares para ancianos y personas enfermas. De hecho, la capital Berlín quiere adelantar el inicio de las vacunaciones al 15 de diciembre.
Entretanto, Estados Unidos se encaminaba a transformarse en el único país con más de 15 millones de casos y 290.000 muertos en su tercero y peor pico, con sus estados más poblados, California, Texas y Florida, como los más atacados y el de Nueva York con el mayor número de decesos, más de 35.000.
En este alarmante contexto, el presidente electo, Joe Biden, prometió hoy 100 millones de vacunas en los primeros 100 días de su Gobierno, mientras el saliente, Donald Trump, anunció un decreto para «priorizar» a los ciudadanos la entrega de dosis de producción nacional, en una nueva puja sobre el plan para combatir la enfermedad.
En conferencias realizadas casi en simultáneo, el demócrata advirtió que si el Congreso no llega rápidamente a un acuerdo financiero, la campaña de vacunación puede ralentizarse o incluso detenerse.
Biden prometió seguir tres ejes principales para enfrentar la pandemia, determinados en consulta con el destacado experto en enfermedades infecciosas, Anthony Fauci, quien será su principal asesor sobre la crisis sanitaria.
En sus primeros 100 días de Gobierno, dijo que exigirá el uso de tapabocas en lugares en los que tiene autoridad y que presionará a los gobernadores y alcaldes para que hagan lo mismo, a la vez que prometió «la campaña de vacunación más eficaz en la historia de Estados Unidos».
Trump, por su lado, anunció un decreto «para garantizar que los ciudadanos estadounidenses tengan la prioridad para recibir vacunas estadounidenses».
Alemania registró el récord de infectados cada 100.000 habitantes y triplicó la meta que se había impuesto el Gobierno, 50 por 100.000, para entonces sí levantar las restricciones que su canciller, Angela Merkel, se vio obligada hoy a extender hasta el 10 de enero.
Se prevé que la vacunación se iniciará en los primeros días de enero, con prioridad para los adultos mayores y personal médico, en un país que ya suma 1,19 millones de casos y 19.342 defunciones.
China ordenó pruebas masivas y aislamiento en casi toda la ciudad noroccidental de Chegdu tras la inesperada detección de cinco casos, los primeros de transmisión local en nueve meses, en tanto Hong Kong anunció un paquete de medidas para limitar la circulación de personas y frenar la propagación de una cuarta ola.
La UE, a su vez, se declaró dispuesta a facilitar el acceso a la vacuna en la Franja de Gaza, territorio palestino bajo duro bloqueo israelí, que enfrenta un pico de contagios.
En cuanto a América Latina, el presidente mexicano, Andrés López Obrador, aseguró que en 2021 toda la población estará vacunada a través de un ambicioso plan nacional de inmunización, y reiteró que el mismo será totalmente gratuito.
Por último, la fiesta patronal católica Virgen de los Milagros, la más importante de Paraguay, fue celebrada hoy sin peregrinos y con la plaza de la basílica vacía para prevenir contagios.