Al contrario, el mandatario demócrata de 74 años exhibió una hiperactividad digna de un joven de la mitad de su edad con un esfuerzo impresionante por separarse del modelo de su predecesor en todos los frentes y enterrar rápidamente su legado. Con un abrumador tsunami de decretos, Biden revirtió las políticas más controvertidas de su predecesor y marcó el nuevo rumbo que tendrá su Gobierno desde el principio, sin pasar por el Capitolio.
Más allá del gran paquete legislativo que envió al Congreso con medidas de alivio a una economía golpeada por la crisis sanitaria, por valor de 1,9 billones de dólares que los legisladores deberán debatir, en su primera semana Biden firmó al menos 37 acciones ejecutivas. Hasta 30 de ellas solo en los primeros tres días, 10 de las cuales eran derogaciones explícitas de políticas de Trump. Es un número récord para la primera semana de un presidente. Las últimas novedades de ayer vinieron con dos medidas emblemáticas.
Por un lado, clausuró la política de inmigración de tolerancia cero que había impuesto la administración de Trump y que había generado la separación de familias migrantes, el mismo día en que un juez federal bloqueó la moratoria de deportación de inmigrantes ilegales que había dispuesto el mismo día de su asunción. Por orden de Biden, el fiscal general interino Monty Wilkinson puso fin a la llamada política de tolerancia cero, una de las banderas de Trump, responsable de separar a miles de familias que ingresaron ilegalmente al país.
Pero además, Biden firmó nuevos decretos ayer para reducir la extracción de hidrocarburos y las emisiones de dióxido de carbono y duplicar la generación de energía eólica con aerogeneradores marinos, en uno de los mayores esfuerzos hasta ahora de Estados Unidos para combatir el cambio climático. Es más, anunció que Estados Unidos organizará una cumbre sobre clima el próximo 22 de abril, el Día de la Tierra y del quinto aniversario de la firma del Acuerdo de París, al que Washington se volvió a unir horas después de su investidura.
Los decretos ordenan a distintos organismos del Gobierno eliminar subsidios a la industria de los hidrocarburos y frenar las licitaciones para la explotación de petróleo, gas y carbón en terrenos y aguas federales, medidas sin precedentes que siguen a una suspensión de 60 días en las perforaciones en esos sitios ya anunciada la semana pasada.