El proceso de privatización del agua comenzó hace más de 40 años en Chile, con el dictador Augusto Pinochet, quien lisa y llanamente privatizó el agua y plasmó esa decisión en la Constitución de 1980. Le siguió con la premier británica Margaret Thatcher, quien privatizó la distribución del fluido y plantó la semilla de los sistemas de concesiones que aplicaron los Gobiernos neoliberales que se hicieron fuertes en Latinoamérica en los ‘90.
Con estos antecedentes, la cotización del agua de California encendió las alertas de quienes definen al recurso como un bien común, no privatizable ni transable. Héctor Rubini, de la Universidad del Salvador, estimó que progresivamente el agua comenzará a cotizar en otros mercados mundiales, porque se trata de un recurso cada vez más escaso”, y estimó que esta situación se dará en las próximas tres o cuatro décadas”.
En la misma línea, Federico Di Yenno, operador bursátil, dijo que es factible que dentro de algunos años, bastantes, en áreas donde haya escasez de agua veamos que se cotice en otro mercado de futuro”. Así como se ha avanzado en un mercado futuro en un índice para la soja sudamericana, eso podría ocurrir con el agua en algún momento. Brasil y Chile, por ejemplo, lo podrían tener, sobre todo Chile, que tiene un mercado fuerte”, explicó Di Yenno.