La crisis sanitaria y social que sacude a Brasil llegó al ámbito institucional luego de que el presidente Jair Bolsonaro realizara una purga en su gestión que repercutió en uno de los principales puntales de su Gobierno, las Fuerzas Armadas.
Arrinconado por el aislamiento interno y externo, la pérdida de popularidad que generó su desastrosa gestión de la pandemia y el regreso de Luis Inacio Lula Da Silva a la arena política electoral, Bolsonaro echó el lunes a seis ministros de su Gabinete, entre ellos el de Defensa, general Fernando Azevedo e Silva, y el titular de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo. Ya una semana atrás, había echado al ministro de Salud, general Eduardo Pazuello.
Pero la abrupta reforma golpeó ayer en los militares porque Bolsonaro destituyó a los tres jefes de las Fuerzas Armadas luego de que se negaran a respaldar su embestida contra las cuarentenas que gobernadores e intendentes han decretado para enfrentar el colapso provocado por la pandemia. Si bien el flamante ministro de Defensa, general Walter Braga Netto, informó la decisión de reemplazar al jefe del Ejército, Edson Pujol, al de la Marina, Ilques Barbosa, y al de la Fuerza Aérea, Antonio Bermúdez; no tardaron en conocerse otras razones de fondo.
Azevedo salió a decir que renunció para mantener a las FFAA como fuerzas de Estado”, una forma de admitir que la razón de fondo era su resistencia a obedecer las directivas del jefe del Estado, quien la semana pasada amenazó con usar al Ejército para contrarrestar las cuarentenas y confinamientos en los estados. Un dato elocuente demuestra el alcance de la crisis institucional: es la primera vez desde la recuperación de la democracia que cambian simultáneamente las cúpulas civil y militar de las Fuerzas Armadas en Brasil. Si bien el vicepresidente, general Hamilton Mourao, salió a descartar la posibilidad de un golpe de Estado, la incertidumbre es total e incluso el Partido de los Trabajadores (PT) llamó a estar alertas ante la posibilidad de un autogolpe.
Una variante con poder de reinfección
En medio del caos político e institucional, Brasil batió ayer su récord diario de muertes por coronavirus al registrar casi 3.800 fallecimientos, según los datos oficiales, que cifran en 317.646 el total de fallecidos por la pandemia. La cifra se conoce el mismo día en que se informó que la variante del Amazonas del Covid, que ya circula en Argentina, tiene la capacidad de reinfectar a quienes ya fueron víctimas del Covid-19 y abriga un poder duplicado de contagio respecto a la versión original del virus.
Un estudio conjunto de científicos de la Universidad de San Pablo y de la Universidad de Oxford reveló que la segunda ola en Brasil está vinculada a la explosión y diseminación de esta variante surgida en Manaos pero transmitida a todo el país a través de los viajes en aviones de línea.