El Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte de Brasil, ratificó ayer por mayoría la anulación de todas las condenas y causas de la operación Lava Jato contra el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), quien quedó definitivamente habilitado para participar de las elecciones de 2022, para las cuales aparece como favorito en las encuestas de intención de voto.
Por ocho votos a tres, el STF votó a favor de ratificar la anulación de dos condenas por corrupción y otros dos procesos abiertos, por considerar que el ex juez Sérgio Moro, de la ciudad de Curitiba, era incompetente por jurisdicción para tratar las causas contra el ex presidente.
El fallo ratifica lo determinado el 8 de marzo por el juez de la corte Edson Fachin, quien hizo lugar a un hábeas corpus de 2015 contra la competencia de Moro, ya que considera que los delitos por los que Lula estaba acusado no tienen vinculación con los desvíos de corrupción de Petrobras.
Esta votación obliga a que los procesos se cambien a San Pablo o Brasilia, pero le dan una dura derrota a la operación del Lava Jato y a Moro. Si bien la sentencia no se pronuncia sobre las irregularidades de las investigaciones, la Sala II del STF ya declaró, el 9 de marzo pasado, que Moro fue parcial” en la instrucción de las causas, fallo que puede ser revisado por la máxima corte el próximo jueves.
Por otro lado, en un fallo unánime, el Tribunal de Cuentas de Brasil absolvió a la ex presidenta Dilma Rousseff en un juicio iniciado por supuesto perjuicio a Petrobras en la compra de una refinería de Pasadena, en Estados Unidos, por parte de la petrolera estatal brasileña.
Lula, dispuesto a postularse para desplazar a Bolsonaro
El ex mandatario anunció anoche que a sus 75 años está dispuesto a postularse en las presidenciales de 2022 en el caso de que sea necesario «para ganarle a un fascista como (Jair) Bolsonaro», y dijo que eso habrá que «hablarlo con las demás fuerzas de izquierda y de centro para hacer lo que ustedes hicieron en Argentina», en referencia al armado de una coalición amplia como el Frente de Todos (FdT).
«Si es necesario, y tengo que ser candidato en 2022 para ganarle las elecciones a un fascista que se llama Bolsonaro, yo sí seré candidato», subrayó en diálogo con el canal C5N, aunque sobre ese punto también señaló que «no necesariamente tiene que ser Lula, tengo 75 años, considero que tengo una buena salud y estoy bien físicamente, pero podemos escoger a alguien que pueda representar a los sectores progresistas».
En otro tramo de la entrevista, el expresidente y fundador del Partido de los Trabajadores de Brasil se dirigió al directorio del FMI, que dirige la economista búlgara Kristalina Georgieva, y le advirtió que en estas circunstancias «tiene que entender que no puede hacer presión sobre la Argentina, no puede cobrar la deuda de Argentina, y tampoco cobrar intereses de la deuda de Argentina» en un contexto condicionado por la pandemia.
«El FMI tiene que entender que el presidente Alberto Fernández tiene que tener un compromiso urgente y prioritario que es salvarles la vida a millones de argentinos y argentinas que pueden morirse por la falta de recursos que Argentina le debe al FMI porque un presidente irresponsable creó esa deuda y le dejó el pago a Alberto Fernández», exhortó Lula mientras remarcaba las palabras en portugués para reforzar su planteo.
«El FMI tiene que hacer un acuerdo para alargar la deuda argentina», remarcó luego en un guiño a la intención de la administración del FdT que busca a alargar los plazos de vencimiento para el pago de la deuda contraída con el organismo.
Además, sobre las tratativas en marcha con el Fondo, Lula exhortó a que Argentina «no acepte la presión del FMI», tras lo cual señaló que el organismo financiero «no tuvo el valor de presionar» cuando se produjo la crisis de Lehman Brothers y los países ricos, ya que entonces, puntualizó, «no hizo nada».
«Yo creo que tenemos que hacerle presión al FMI, yo creo que el Grupo de Puebla, que se reúne con los principales líderes de América del Sur, tiene que hacerle presión para que el FMI no presione a Argentina, y que Argentina no tenga que pagar la deuda ahora, Argentina ahora tiene que cuidar de su pueblo», exhortó.
Sobre su situación judicial, el exmandatario de Brasil definió al lawfare como «la utilización del Poder Judicial» según intereses políticos, una práctica de la que se consideró víctima: «Eso pasó con mi proceso, eso también pasó con Cristina (Fernández de Kirchner), con Rafael Correa, pasó con Evo Morales. Y puede seguir ocurriendo».
«En el caso de Brasil -puntualizó a continuación- lo más grave es que había intereses del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, de las petroleras americanas, de las grandes industrias de ingeniería americanas, que querían destruir nuestra industria del petróleo y del gas».
«Ese proceso ha sido una mentira muy grande, desde 2016 mis abogados han mostrado y han probado que era una mentira y una farsa: la realidad del proceso en mi contra ha sido un powerpoint que los acusadores hicieron y mostraban que yo había creado una banda (por una asociación ilícita), pero no era así», contó Lula.
«Cinco años después, la Corte Suprema dice que yo estaba en lo correcto y anuló los procesos que se habían hecho en Curitiba (capital del estado brasileño de Paraná, donde actuó el exjuez Sergio Moro). Yo sólo les puedo decir que tengo la consciencia tranquila, me habían condenado por un hecho indeterminado», aseveró.
Y sobre ese punto añadió: «El juez (por Moro) mintió, los procuradores mintieron y la Policía Federal mintió porque había que alejar a Lula de la competencia electoral de 2018. Pero yo estoy acá, vivo, entero, tengo 75 años y una energía de 30 y estoy listo para la pelea a pesar de todo lo que ocurrió conmigo».
«A mí me persiguieron en Brasil y yo estoy seguro que Cristina, como yo, vencerá en sus procesos en la Argentina», vaticinó luego en referencia a las causas judiciales que se iniciaron contra la expresidenta Cristina Fernández.
Sobre la urgencia de la situación sanitaria y la desigualdad en el acceso a las vacunas a nivel global, Lula aseguró que en los últimos días le concedió entrevistas «a la CNN americana, a Le Monde, otra a la prensa china, como también a la prensa alemana» y contó que en todas esas entrevistas se dirigió a los gobernantes de esos países «para que convoquen de urgencia a una reunión del G-20 o del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir el tema de la vacuna en el mundo».
Lo mismo dijo respecto del secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, a quien le pidió que convoque a una asamblea general con esa finalidad.
«Esas vacunas se tienen que transformar en un bien público, no se puede impedir a los países pobres que la tengan: los países ricos tienen que hacer que esas vacunas le lleguen a los países pobres que no tienen los recursos para comprarlas», planteó y sobre este reclamo, a modo de síntesis, concluyó: «Hay que salvar a la humanidad».
«Va a haber una reunión en Italia, en octubre», adelantó en alusión a esta demanda, y consideró que es inaceptable «que los países ricos no se reúnan para discutir esa situación» cuando sí lo hicieron ante la crisis del sistema financiero que produjo la caída de la banca Lehman. «Es muy grave la irresponsabilidad de los países ricos», añadió.
Al referirse a Alberto Fernández, Lula recordó que el Jefe de Estado lo visitó mientras él estuvo detenido en la cárcel de Curitiba y agradeció varias veces «por toda la actitud que tuvo durante el proceso de lawfare».
«Le agradezco muchísimo a Alberto Fernández porque cuando él era candidato me fue a ver a la cárcel, le tengo una gratitud para siempre», subrayó.
Y luego le transmitió su apoyo por las últimas medidas y restricciones dispuestas en la Argentina ante el crecimiento de los contagios en el país.
«Yo sé de las medidas duras que ha tomado el presidente Fernández en el día de ayer, pero es necesario hacerlo, pero uno tiene que tener la consciencia de que en ningún lugar del mundo se sabe cómo se vence este virus. Hay que salvar la vida», puntualizó.