La pandemia renace en EE.UU. ante la resistencia a la vacuna

Unos 80.000.000 de norteamericanos díscolos aún reniegan de la inmunización

La pandemia renace en EE.UU. ante la resistencia a la vacuna

A principios de junio, Estados Unidos aparecía al frente de la vacunación global contra el coronavirus, por delante de los países desarrollados. Ahora aparece relegado, detrás del resto de los socios del G-7 y otras naciones europeas como Portugal, España, Dinamarca, Noruega o Bélgica. El motivo: unos 80.000.000 de norteamericanos díscolos que aún reniegan de la inmunización.

La consecuencia es un brutal repunte de las muertes por Covid-19, que llevó al gobierno de Joe Biden a librar la última batalla cultural de la pandemia: obligar a la gente a vacunarse, una movida que, para los republicanos, es una afrenta tiránica a la libertad.

La campaña de vacunación se estancó en efecto en Estados Unidos y el gobierno de Biden fue incapaz hasta el momento de recuperar el impulso inicial. Apenas un 54% de la población completó la vacunación, un porcentaje que no se movió en las últimas semanas, y no porque falten vacunas.

La resistencia de los antivacunas llevó a Biden a implementar la obligatoriedad por decreto para forzarlos a inmunizarse: anunció que todos los empleados del gobierno federal y de los contratistas deberán recibir la vacuna para poder ir a trabajar, y la Casa Blanca evalúa ampliar esa exigencia para cualquier persona que quiera viajar en avión. Sin embargo, la resistencia republicana es feroz y abrió un nuevo frente de batalla para el mandatario demócrata tras la conflictiva salida de Afganistán. El país está dividido y los gobernadores republicanos enfrentan su estrategia sanitaria, en una disputa de consecuencias imprevisibles.

Todo pese a que la realidad le da la razón a Biden: los últimos datos muestran que los estados que tienen las tasas de vacunación más altas registran los niveles más bajos de contagios por Covid-19. Al contrario, en estados republicanos como Florida –que se resisten a aplicar las medidas nacionales- están volviendo a registrar escenas que se creían superadas ante los estragos que genera la variante Delta. El presidente del Hospital St. Anthony en San Petersburgo (Florida) dijo por ejemplo que los pacientes con Covid-19 ocupan 27 de sus 28 camas UCI: alrededor del 85% de ellos no están vacunados.

Las muertes y los contagios han vuelto a subir además en el promedio nacional de Estados Unidos a niveles que no se veían desde el último invierno boreal, cuando casi nadie había recibido aún la vacuna. Las hospitalizaciones de chicos contagiados, por ejemplo, llegaron en las últimas semanas a su mayor nivel desde que comenzó la pandemia, impulsadas por un regreso desastroso a las clases porque los estados republicanos no aplican los protocolos nacionales.

Biden impulsa un megaplan de gasto público

El presidente estadounidense Joe Biden promueve un gigantesco plan de inversiones para la clase media con el objetivo de relanzar la economía tras la pandemia, que podría definir su mandato, aunque debe superar escollos en el Congreso que no se limitan al Partido Republicano.

La Casa Blanca dijo que Biden abogará por nivelar el campo de juego en la economía para bajar los costos y asegurar que la columna vertebral del país, la clase media, pueda finalmente tener un respiro”.

La apuesta de Biden es gastar 3,5 billones de dólares en educación, atención a la infancia, infraestructura y cuestiones relacionadas a la crisis climática. Pero debe terminar de convencer a los propios demócratas: ayer mismo, Biden se reunió en persona con los senadores demócratas Joe Manchin y Kyrsten Sinema para discutir el paquete de gasto público y garantizar su respaldo.

Con una aprobación promedio del 46%, según FiveThirtyEight, Biden es uno de los presidentes más impopulares de la historia moderna en este punto del primer mandato, aunque esté muy por encima de donde estaba el republicano Donald Trump en el mismo periodo, con 38,8% de aprobación.

Italia impone la vacunación obligatoria 

El Gobierno italiano dispuso este jueves por decreto que, desde mediados de octubre, el denominado pase verde” contra el coronavirus será obligatorio para todos los trabajadores públicos y privados del país.

La medida implica, en los hechos, la obligatoriedad de la vacunación para todos los trabajadores del país, pues el pase verde” será imprescindible para que los empleados estatales y privados se puedan desempeñar en sus labores, desde el 15 de octubre y hasta el 31 de diciembre, cuando vence el estado de emergencia nacional.

Queremos hacer estos lugares de trabajo más seguros y que nuestra campaña de vacunación se vuelva todavía más fuerte”, justificó el ministro de Salud, Roberto Speranza, al presentar la medida, y precisó que la obligatoriedad alcanzará a todo el mundo del trabajo, unos 23.000.000 de trabajadores”.

Por su parte, el Gobierno francés suspendió a unos 3.000 trabajadores sanitarios no vacunados contra el coronavirus, tras la entrada en vigor esta semana de la obligación de inmunizarse para estos profesionales.

Hubo unas 3.000 suspensiones que fueron notificadas al personal de centros de salud” por no haberse puesto al menos una dosis de la vacuna, informó el ministro de Sanidad, Olivier Véran, quien reveló que también hubo decenas de dimisiones”.

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