Los costos de la energía asfixian a Europa

El viejo continente debe recurrir a medidas drásticas como otorgarle el sello “verde” al gas y la energía nuclear

Los costos de la energía asfixian a Europa

La Unión Europea (UE) se mostró este miércoles resuelta a acelerar la transición energética, en medio de la invasión de Rusia a Ucrania que no solo disparó los costos de la energía, sino que obligó a tomar drásticas decisiones para reducir de una vez la dependencia de los hidrocarburos rusos. Mientras el Parlamento Europeo decidió otorgar el sello “verde” al gas y la energía nuclear, Francia anunció la nacionalización de la principal empresa de energía nuclear, y el canciller alemán se comprometió a “turboalimentar” la expansión de las energías renovables.

Ante el obligatorio desapego de Rusia y con los precios de los combustibles por las nubes, el Parlamento Europeo consideró con una votación mayoritaria “sostenibles” las inversiones en centrales nucleares o de gas para la producción eléctrica, siempre que utilicen las energías más avanzadas. En una reunión plenaria del Parlamento en Estrasburgo, el respaldo a la normativa recibió 328 votos a favor y 278 en contra, con 33 abstenciones.

Si bien se había anunciado en enero, el debate sobre si la energía nuclear y el gas natural debían incluirse como “energías verdes” adquirió una nueva dimensión tras la invasión a Ucrania: alrededor del 40% del gas que utilizó la UE el año pasado procedía de Rusia. Pero también colisionan en parte con el objetivo de la UE de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.

El proyecto enfrentó por ello la feroz resistencia de varios países del bloque. “¿Cómo podemos pedir a otros países que reduzcan su uso de combustibles fósiles y su cantidad de desechos nucleares, si nosotros los clasificamos como verdes?”, preguntó el holandés Bas Eickhout. “Una transición real hacia la neutralidad climática debe prescindir tanto de los combustibles fósiles como de la energía nuclear, una tecnología costosa y altamente peligrosa”, alertó el gobierno de Luxemburgo.

La joven activista sueca Greta Thunberg, a su vez, dijo que esta iniciativa “retrasará una transición sostenible real que se necesita desesperadamente y profundizará nuestra dependencia de los combustibles rusos. La hipocresía es llamativa, pero lamentablemente no sorprende”.

Pero el proyecto tiene el firme apoyo de Francia (que en gran medida depende de la energía nuclear) y Alemania (que necesita gas), quienes terminaron torciendo la votación a favor. La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, confirmó además la intención del gobierno de Emmanuel Macron de renacionalizar el gigante de la electricidad EDF. “Confirmo hoy la intención del Estado de poseer el 100% del capital de EDF”, de cara a “reforzar su capacidad para llevar a cabo lo antes posible proyectos ambiciosos e indispensables para nuestro futuro energético”, dijo Borne.

Putin advierte que la verdadera guerra “aún no empezó en serio”

El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió ayer que la ofensiva militar lanzada por su país en Ucrania aún no empezó “en serio”, pese a que sus fuerzas están a punto de conquistar toda la región del Donbass, objetivo fijado para la invasión.

“Todos deben saber que aún no hemos empezado en serio” la ofensiva en Ucrania, dijo Putin en una reunión con los líderes de los grupos parlamentarios rusos. “No rechazamos mantener negociaciones de paz, pero quienes las rehúsan deben saber que les será más difícil llegar a un acuerdo con nosotros”, advirtió Putin, quien incluso desafió a las potencias occidentales que apoyan a Ucrania a intentar derrotar a Rusia “en un campo de batalla”.

“Oímos actualmente que (los occidentales) quieren derrotarnos en un campo de batalla”, comentó con ironía, “¿Qué decirles? ¡Que lo intenten!”, declaró en tono desafiante, después de acusar a “todo Occidente” de haber desatado una “guerra” en Ucrania. Según Putin, la intervención de Rusia en ese país marca el inicio de un giro hacia un “mundo multipolar”, un proceso que “no se puede parar”.

Mientras tanto, las fuerzas rusas bombardearon varias localidades en la cuenca del Donbass, entre ellas la ciudad de Kramatorsk, en su avance para terminar de conquistar el este de Ucrania, incursiones que causaron al menos la muerte de ocho civiles en distintos episodios. Tras la conquista de Lugansk, las fuerzas rusas intentan ahora ocupar lo que resta de Donetsk para cerrar el control absoluto de la rica cuenca minera del este.

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