Las declaraciones desde Moscú se producen luego de que Ucrania advirtiera una mayor concentración de fuerzas de seguridad rusas en la frontera que comparten estos países y pidiera ayuda a los países de la OTAN ante una posible invasión, algo que alarmó a la ex URSS.
El general Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor del ejército ruso, desestimó las preocupaciones sobre la acumulación militar rusa en la zona, a la vez que denunció a Ucrania por desplegar armamentos suministrados por Estados Unidos y Turquía.
Esta representa la escalada de tensión más alta entre los países desde que, en 2014, Rusia anexó a Crimea e incentivó a los movimientos separatistas al este ucraniano, un conflicto que ya se cobró la vida de más de 14.000 personas.