Rusia capturó otra ciudad clave y amplía su control del Donbass

Las tropas ucranianas se retiraron de Lisichansk y Moscú ya domina toda Lugansk

Rusia capturó otra ciudad clave y amplía su control del Donbass

Rusia capturó la última ciudad que le faltaba conquistar en Lugansk.

Rusia capturó ayer la última gran ciudad no conquistada de la provincia oriental ucraniana de Lugansk luego de semanas de duros combates, un logro crucial que prácticamente garantiza su objetivo de conquistar la región del Donbass, en el quinto mes de su ofensiva en Ucrania.

Apenas unas horas después de que el propio presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, asegurara que la situación en la ciudad de Lisichansk era cambiante y que todavía se combatía, el Ejército ucraniano anunció que sus soldados se retiraron de esa localidad clave del este del país que llevaba semanas bajo el asalto de las tropas rusas.

“Para preservar las vidas de los defensores ucranianos, se tomó la decisión de retirarse” de la ciudad, indicó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas en un comunicado. Dadas “las condiciones de superioridad múltiple de las tropas rusas en artillería, fuerzas aéreas, lanzadores de misiles, municiones y personal, continuar la defensa de la ciudad hubiera tenido consecuencias fatales”, añadió el documento.

Ya el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, había anticipado horas antes que Lisichansk había sido capturada por el Ejército ruso y los separatistas prorrusos que han proclamado en la provincia de Lugansk una república popular cuya independencia fue reconocida por Moscú días antes de invadir Ucrania, el 24 de febrero pasado. Las fuerzas rusas “han establecido pleno control sobre la ciudad de Lisichansk”, dijo Shoigu, que indicó que la toma constituye “la liberación de la República Popular de Lugansk”.

En efecto, la toma de Lisichansk le da a Rusia el dominio completo de Lugansk, una de las dos provincias que forman el Donbass, que prácticamente quedó en control ruso, ya que las últimas ciudades importantes que siguen dominadas por Ucrania, Sloviansk y Kramatorsk (ambas en el Donetsk, la otra provincia del Donbass), comenzaron ayer mismo a ser atacadas por las tropas rusas.

Las autoridades ucranianas informaron incluso sobre un violento ataque ruso en Sloviansk, que dejó muertos y heridos. “Disparos con lanzacohetes múltiples en Sloviansk, los más fuertes desde hace mucho tiempo. Hay 15 incendios. Muchos muertos y heridos”, declaró el alcalde, Vadim Liakh, que indicó que entre los seis muertos había niños. A la vez, en Kramatosk, los cohetes rusos cayeron ayer por segundo día consecutivo, según informó el alcalde Oleksandr Goncharenko.

Sin embargo, también ayer, autoridades de Rusia denunciaron un ataque ucraniano con varios misiles que dejó cuatro muertos en la ciudad rusa de Belgorod, fronteriza con Ucrania y blanco ya de bombardeos previos.

Lukashenko acusó a Ucrania de tirar misiles a Bielorrusia

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, denunció que su Ejército interceptó misiles lanzados desde Ucrania, en pleno auge de versiones sobre la creciente implicación de su país, aliado de Rusia, en la guerra.

“Nos provocan. Debo decir que hace unos tres días, tal vez más, trataron de bombardear desde Ucrania objetivos militares en Bielorrusia. Gracias a Dios, nuestros sistemas antiaéreos Pantsir interceptaron todos los misiles disparados por las fuerzas ucranianas”, declaró Lukashenko, quien insistió en que “repito, como ya lo he dicho hace más de un año: nosotros no tenemos la intención de combatir en Ucrania”.

El mandatario dijo que creía que la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) están interesados en que las hostilidades en Ucrania se mantengan y, por lo tanto, tratan de provocar tanto a Bielorrusia como a Rusia para aumentar el conflicto. Lo hacen para “acercarse a través de Rusia a su principal rival, China”, añadió Lukashenko.

Hace una semana, Ucrania denunció que varios misiles rusos que cayeron en el norte de su territorio fueron lanzados desde Bielorrusia y acusó directamente al Kremlin de querer “atraer a la guerra” a este aliado diplomático de Moscú. Ese mismo día, el presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió en San Petersburgo con Lukashenko, tras lo cual anunció que su país entregará a Bielorrusia “en los próximos meses” misiles Iskander-M, capaces de cargar ojivas nucleares.

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