Ucrania apuesta a «crear un caos» entre las fuerzas rusas

Los ataques en Crimea avivan los temores por la seguridad de las tropas invasoras

Ucrania apuesta a "crear un caos" entre las fuerzas rusas

Los soldados ucranianos se preparan para recibir a las tropas invasoras en la ciudad de Odessa.

Una serie de incendios y explosiones hizo que Crimea, una península anexionada por Rusia en 2014, pasara de ser una base segura para la invasión a Ucrania a convertirse en un nuevo epicentro de la guerra, que ya se encuentra a punto de cumplir seis meses y parece complicarse para las tropas de ambos bandos.

“Es probable que los comandantes rusos estén cada vez más preocupados por el aparente deterioro de la seguridad en Crimea, que sirve de base de retaguardia para la ocupación”, indicó ayer un informe británico de inteligencia de defensa. “Nuestra estrategia es destruir la logística, las líneas de suministro y los almacenes de munición y otras infraestructuras militares. Es crear el caos en el interior de sus propias fuerzas”, explicó a su vez un alto cargo del Gobierno ucranio, Mijailo Podoliak.

En efecto, cuando la región del este ucraniano parecía a punto de caer, sus fuerzas han comenzado a desplegar con éxito una estrategia de “guerra de guerrillas” que comienza a hacer estragos en las fuerzas rusas, asestando golpes humillantes en las zonas que ocupan y que pensaban eran seguras. “Crimea ocupada por los rusos es sinónimo de explosiones en almacenes y alto riesgo de muerte para los invasores y los ladrones”, había advertido ya el martes Podoliak, cuando una cadena de explosiones destruyó un almacén de municiones en Dzhankoi, en el norte de Crimea, y obligó a una caótica evacuación de 3.000 personas.

La estrategia ucraniana ahora apunta a perturbar la maquinaria de abastecimiento bélico rusa, según admitió el funcionario en una entrevista con el diario británico The Guardian: “Crear el caos entre sus filas” con ataques a las vías de suministro en la retaguardia, más allá de la línea del frente. Si bien Ucrania no ha llegado a admitir la autoría de ninguna las explosiones en la península de Crimea, Podoliak se animó a advertir que podría haber más ataques similares “durante los próximos dos o tres meses”. El propio presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, elogió anteanoche a las personas “que se oponen a los ocupantes en su retaguardia”, en referencia a las explosiones en Crimea, y advirtió a los ucranianos que no se acerquen a los depósitos de municiones rusos. Hasta la propia Rusia reconoció como un “acto de sabotaje” a las explosiones del martes –que por cierto, continuaron con menor intensidad- aunque ayer se lo endilgó a una célula “terrorista” islámica supuestamente coordinada desde Ucrania.

La OTAN pide inspeccionar la central nuclear

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, instó al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) a realizar una inspección “urgente” a la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, luego de sucesivos ataques en el área de los que Ucrania y Rusia se acusan mutuamente.

“Resulta urgente autorizar una inspección por parte del OIEA y garantizar la retirada de todas las fuerzas rusas” del lugar, declaró Stoltenberg desde Bruselas.

El funcionario argumentó que la ocupación rusa de la central de Zaporiya (en el sur de Ucrania) “plantea una amenaza seria para las instalaciones (y) eleva el riesgo de un accidente o un incidente nuclear”, advirtió.

Las tropas rusas tomaron el control de esta planta -la más grande de Europa- el 4 de marzo, poco después del inicio de la invasión a Ucrania el 24 de febrero. Desde fines de julio, Moscú y Kiev se vienen acusando mutuamente de bombardear la zona.

Guterres intenta mediar con Zelenski y Erdogan

El secretario general de la ONU, António Guterres, llegó ayer a Lviv (Leópolis), donde hoy tiene previsto entrevistarse con los presidentes ucranio, Volodímir Zelenski, y turco, Recep Tayyip Erdogan, en busca de una “solución política a este conflicto”.

En la agenda de la cumbre están los acuerdos para la exportación de granos a través de los puertos del mar Negro y la situación en la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, escenario de ataques en los últimos días, de los que Kiev y Moscú se acusan mutuamente.

Se tratará de un nuevo intento de acercamiento entre las partes que llevará adelante el secretario general, luego de conseguir que se permita el reinicio de las exportaciones de granos desde Ucrania, que estaban bloqueadas desde que Rusia invadió su territorio.

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