Aunque usted no lo crea

Aunque usted no lo crea

 

La política argentina es un caso de Ripley, aquel caricaturista estadounidense que se hizo famoso, un siglo atrás, por publicar hechos extraños y sorprendentes. Sin dudas, nuestra política podría ser parte de aquel programa de televisión que inicialmente condujo el gran actor Jack Palance: aunque usted no lo crea.

Aunque los opositores a Cambiemos no lo crean, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, podría ser reelegido en primera vuelta, en octubre de este año. Sí, a pesar de la mala performance de su gobierno, de sus promesas incumplidas y de sus pronósticos fallidos, por lo menos un tercio de los argentinos lo votaría.

Aunque los partidarios de Cambiemos no lo crean, la ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández, podría ser re-reelegida, en segunda vuelta, en noviembre de este año. Sí, a pesar de las causas penales en su contra, de las denuncias y condenas por corrupción de muchos de sus funcionarios, por lo menos otro tercio la votaría.

Por estos días, esa es la principal característica de la política argentina. Los dirigentes con más posibilidades de ganar las elecciones presidenciales son, por un lado, el actual mandatario y, por el otro, su antecesora. Mauricio Macri versus Cristina Fernández, esa parece ser la pelea de fondo.

Muchas cosas pueden suceder durante los meses que vienen. En política, casi todo es posible. Muchas son las variables en juego y los escenarios pueden cambiar, por supuesto. Sin embargo, por ahora, eso es lo que se puede concluir de la danza de encuestas que, a diario, publican los medios de comunicación.

Cualquier desprevenido podría suponer que esta es una muestra de los éxitos del actual gobierno macrista y del pasado gobierno kirchnerista. Él, el presidente Macri, y ella, la ex presidenta Fernández, son los que pueden ganar porque la gente valora positivamente sus respectivas gestiones.

Pues bien, paradójicamente, no es así. Las posibilidades de uno y de otra no se basan en los éxitos propios. Todo lo contrario, ambos parten de los fracasos ajenos. La propuesta del macrismo es seguir para que no vuelva el kirchnerismo. A su vez, la propuesta del kirchnerismo es volver para que no siga el macrismo.
El panorama de lo extraño y sorprendente se completa con una “tercera vía” que se debate en la indefinición de candidatos y, mucho peor, en la vaguedad de propuestas. La alternativa al macrismo y al kirchnerismo es, por ahora, una declaración de voluntad que no trasciende los límites de sus protagonistas.

También en Córdoba

En nuestra provincia, Unión por Córdoba gobierna desde el año 1999: dos mandatos de José Manuel de la Sota, uno de Juan Schiaretti, un tercero del gobernador De la Sota y el actual de Schiaretti. En diciembre, se cumplirán 20 años del mismo signo político a cargo del Poder Ejecutivo provincial.

Aunque los opositores a Unión por Córdoba no lo crean, más allá de los años trascurridos, el oficialismo provincial se muestra activo, inaugurando grandes obras y haciendo propuestas a mediano y largo plazo. El discurso del gobernador con motivo de la apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura provincial, el pasado 1º de febrero, fue un ejemplo elocuente.

En los dichos y también en los hechos, Unión por Córdoba no aparenta el desgaste que sería lógico y natural después de dos décadas a cargo de la gestión provincial. Al revés, se muestra como una nueva fuerza que se prepara para iniciar otra etapa.

Extraña y sorprendentemente, los opositores de Unión por Córdoba deambulan sin un rumbo político. Los días pasan y la pelea interna entre Mario Negri y Ramón Mestre parece muy lejos de superarse. Por consiguiente, sus seguidores, tanto en la ciudad capital como en el interior provincial, se preparan para medirse en las urnas.

El desacuerdo por la candidatura a la gobernación aparenta ser la causa principal del enfrentamiento. Nadie puede atestiguar cuáles son las diferencias programáticas entre ambos. Coinciden en las críticas a la gestión provincial, pero todavía no han dicho qué haría cada uno, a diferencia del otro, si fuera elegido gobernador.

Hace menos de dos años, Héctor Baldassi le ganó a Martín Llaryora las elecciones a diputados nacionales por un amplísimo margen. La victoria del candidato de Cambiemos sobre el postulante de Unión por Córdoba (por entonces vicegobernador) fue contundente. Tanto que algunos se apresuraron a profetizar el fin de un ciclo.

Sin embargo, desde aquellas elecciones de 2017, las cosas han cambiado y mucho. Ripley podría mostrar dos procesos difíciles de creer dos años atrás. Unión por Córdoba asimiló la derrota y se enfocó en la gestión. Hoy por hoy, los indicadores de aceptación ciudadana le permiten un optimismo fundado.

Cambiemos desaprovechó aquel triunfo electoral, que pudo ser el punto de partida para un proceso de construcción política de una alternativa real al justicialismo gobernante. Aunque ni ellos lo crean, sus dirigentes se perdieron en un internismo sinfín que, todavía, no ha mostrado su peor cara.

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