El auge de las apuestas en línea en los últimos años, especialmente entre los adolescentes, plantea serios desafíos para la sociedad y el sistema educativo. La accesibilidad inmediata desde dispositivos móviles y la agresiva publicidad en redes sociales han normalizado una actividad que, aunque parece inofensiva, puede derivar en adicción y problemas financieros. Los jóvenes, por su desarrollo cognitivo, son especialmente vulnerables, ya que tienden a subestimar los riesgos y a sobrevalorar las posibles recompensas.
Además, la ‘gamificación’ y el uso de estrategias psicológicas en estas plataformas las hacen especialmente atractivas para este grupo etario, lo que puede interferir con su desempeño académico y bienestar emocional. Frente a este panorama, las instituciones educativas y las familias deben unirse para fomentar la alfabetización digital y la conciencia crítica frente a estas prácticas. Regular el acceso y promover políticas que limiten la exposición a menores son medidas urgentes para proteger a las nuevas generaciones de este fenómeno creciente.
Para profundizar en esta problemática, HOY DÍA CÓRDOBA dialogó con Gabriela Totaro, psicopedagoga, educadora y asesora en finanzas, autora de la frase: «En 50 años, vamos a tener la generación más grande de ludópatas». La expresión surge a partir de un análisis realizado por Totaro, quien desde hace más de 12 años trabaja en la concientización de los diferentes procesos de aprendizaje en relación con el dinero. Es autora de Silver, un libro de finanzas destinado a niños.
Desde tu perspectiva, ¿qué crees que lleva a los jóvenes a interesarse por las apuestas online? ¿Es una cuestión de accesibilidad, curiosidad o es más bien relacionado con su entorno?
En la era digital, las apuestas en línea han ganado una popularidad arrolladora, desafortunadamente atrayendo también a un público vulnerable: los menores de edad. Esta situación presenta un grave problema con repercusiones que van más allá de lo económico, afectando el desarrollo psicológico, social y familiar de los jóvenes.
Las apuestas en línea son atractivas para los menores por distintas razones:
Accesibilidad: La facilidad para acceder a plataformas de apuestas online, muchas veces con solo un clic y sin mecanismos de control de edad efectivos, pone en riesgo a los jóvenes.
Publicidad agresiva: Las empresas de apuestas invierten cuantiosas sumas en publicidad invasiva, desde influencers hasta en sponsoreando equipos de fútbol, utilizando estrategias que apuntan directamente a las emociones y susceptibilidades de los adolescentes.
Falsa ilusión de riqueza: Las apuestas online se presentan como una forma rápida y sencilla de obtener dinero, alimentando fantasías de éxito financiero que pueden ser muy peligrosas.
Búsqueda de emociones: La adrenalina y la emoción que generan las apuestas pueden resultar atractivas para los jóvenes, especialmente para aquellos que buscan escapar de problemas o llenar vacíos emocionales.
¿Te parece que hemos pasado desapercibido este fenómeno mucho tiempo?
Este fenómeno se da en medio de un pedido que data de mucho tiempo: la implementación de educación financiera desde temprana edad. Es un motivo más para que los jóvenes elijan gastar su dinero en juegos de azar. Los juegos online están hechos para crear adicción a través de la tecnología. Los adolescentes no tienen la capacidad de discernir si el juego es para entretener o para causar adicción. Hay causas para que esto ocurra y tienen que ver con la relación que cada uno tiene con el dinero: la avaricia, la codicia, una estructura de personalidad que se va creando a partir de que uno nace. Pero me llama la atención que más allá que un niño pueda mentir la edad y poner que tiene más de 18 años, no tenga un control parental. No hay un límite.
¿Qué papel juegan las plataformas de pagos en línea (billeteras virtuales) en la proliferación de las apuestas entre los jóvenes?
Las billeteras virtuales forman parte de la accesibilidad que tienen hoy los adolescentes a la tecnología. Son una forma de inclusión financiera, pero de nada sirven si no hay educación financiera primero. Es importante que se eduquen, que sepan conceptos básicos de ahorro, inversión y disfrute.
En ese sentido, ¿qué impacto social tienen las apuestas online en las relaciones interpersonales de los adolescentes? ¿Cómo afectan sus dinámicas familiares y amistades?
Entre las principales consecuencias de los juegos de apuestas online en adolescentes se encuentra la adicción: las apuestas online pueden generar una adicción similar a otras sustancias, llevando a los jóvenes a descuidar sus estudios, relaciones personales y responsabilidades. También el endeudamiento, ya que las pérdidas en las apuestas pueden llevar a los jóvenes a contraer deudas que no pueden pagar, generando un grave problema financiero y familiar.
Además, esta conducta puede derivar en problemas psicológicos. La ludopatía o adicción al juego puede provocar ansiedad, depresión, baja autoestima e incluso pensamientos suicidas. Incluso, puede derivar en actividades delictivas, ya que, en casos extremos, la necesidad de dinero para seguir apostando puede llevar a los jóvenes a involucrarse en actividades delictivas.
Como todas las adicciones, son multicausales. La falta de educación financiera, la inflación, la inestabilidad económica, el fácil acceso a billeteras virtuales y todo lo que ven las redes sociales también influyen en la forma de pensar y actuar de los adolescentes. Un niño tiene acceso a todo lo que muestran famosos e influencers para apostar. Se confunde el juego con generar riqueza, algo a lo que jamás va a llevar porque es azaroso. El jugar es para divertirse, no para hacer dinero.
¿Cómo crees que las familias y educadores pueden abordar este tema de forma efectiva con los adolescentes? ¿Qué medidas se pueden tomar desde estos entornos?
El problema de las apuestas en línea y los menores de edad requiere un abordaje integral que involucre a la industria, al gobierno, a las familias y a la sociedad en general. La protección de nuestros jóvenes debe ser una prioridad absoluta, y sólo a través del trabajo conjunto podremos prevenir las graves consecuencias que este flagelo puede ocasionar. La educación financiera debería estar en la currícula escolar y trabajo en eso desde 2017. A fin de año voy a presentar un proyecto de ley, que va desde la sala de cinco hasta el último día del secundario. Porque si lo implementan recién en 4to. año, ya es tarde. En sala de cinco un chico puede entender los conceptos de ahorro, donación y disfrute. Cuando le das herramientas reales a un chico y le enseñas que con esfuerzo y tiempo puede lograr metas, no cae en el pensamiento mágico de que ponen uno y ganan un millón. La noticia de que los chicos mayores de 13 años podrían empezar a invertir en el mercado de capitales me puso feliz, porque es darles una alternativa real, regulada, de mercado. Pero los padres no están preparados para acompañarlos y que entiendan que el mercado no es una timba más. Los padres también deben educarse, deben estar preparados para poder acompañar a sus hijos.