La tensión diplomática que se estimaba iba a comenzar a transitar la relación entre los líderes de Argentina y Brasil una vez que Alberto Fernández asuma la presidencia del país el 10 de diciembre se aceleró esta semana a partir de una serie de declaraciones y provocaciones que realizó el mandatario del país vecinos, Jair Bolsonaro, y su hijo Eduardo, contra el presidente electo argentino y su familia.
Hasta el domingo, los cruces no pasan de declaraciones, algunos tuits enfurecidos y amenazas de ruptura con el Mercosur por parte del ex capitán del Ejército brasileño, que se había manifestado a favor de la reelección de Mauricio Macri. Pero todo se aceleró en el arranque de la semana, luego de que Fernández reclamase por la libertad de Lula da Silva el domingo durante el acto electoral.
La reacción de Bolsonaro no se hizo esperar. No solo dijo que en la Argentina habían triunfado las fuerzas del mal, sino que anunció: “Nos preparamos para lo peor”.
También intervino su hijo con un posteo donde esbozó una burda comparación con su hijo, Estanislao. El diputado compartió una foto por Twitter en donde se compara a sí mismo con Estanislao, que practica el arte del “drag queen”, y figura disfrazado del personaje principal de la serie de animé “Pokémon”. “El hijo del presidente de la Argentina / El hijo del presidente de Brasil”, sostenía el provocador posteo, de tintes homofóbicos, pues incluye otra foto suya (de Eduardo) portando una ametralladora.
El mensaje fue ampliamente repudiado en las redes sociales a punto tal que la ex canciller argentina Susana Malcorra, quien vive ahora en Madrid, también se refirió a la muestra de intolerancia exhibida por los Bolsonaro: “Quienes representan a los ciudadanos y ocupan (u ocuparon) posiciones de responsabilidad tenemos la obligación de liderar con el ejemplo. La aceptación del otro, el reconocimiento de la diversidad en nuestras sociedades y el respeto no pueden (ni deben) despreciarse”, indicó Malcorra en redes sociales.
La actitud de la ex funcionaria macrista contrastó con la postura del Gobierno que evitó referirse al tema de manera oficial y dejó en un incómodo lugar a la Cancillería. A primera hora de ayer, el ministro de Relaciones Exteriores Jorge Faurie dijo en declaraciones radiales que “por el momento” no habrá “acciones de repudio” de parte del Ejecutivo, ya que –consideró- “solamente van a construir una división mayor” con el principal socio estratégico del país.
Al referirse al ataque contra el hijo de Fernández, el funcionario dijo “tener la certeza de que no se puede discriminar a nadie” y que “el mecanismo para transmitir la incomodidad ya veremos cómo lo manejamos”. Por la tarde, la prensa acreditada en Casa Rosada adelantó que Faurie comentó al finalizar una reunión de Gabinete que envió al embajador brasileño en la Argentina, Sérgio Danese, una carta “a título personal” protestando por las declaraciones formuladas por Bolsonaro.
Por último, un dato no menor es que la última actividad internacional de Macri como presidente será el próximo 5 de diciembre, cinco días antes de dejar su cargo, cuando participará en Brasil de la Cumbre de jefes de Estado del Mercosur en la que traspasará la presidencia pro témpore del bloque a su par Bolsonaro.
Semanas atrás había trascendido que Bolsonaro, tras el resultado desfavorable para Macri en las Paso del 11 de agosto, decidió adelantar la fecha de la cumbre unos días para que asista el actual mandatario argentino y así evitar coincidir con Fernández.