Declararon los primeros testigos del 12º juicio de lesa humanidad

Declararon los primeros testigos del 12º juicio de lesa humanidad

La tercera audiencia del duodécimo juicio por delitos de lesa humanidad en Córdoba se desarrolló ayer con el testimonio de los primeros testigos de un proceso oral y público que se prolongará, al menos, hasta fin de año. Se trata de los hechos investigados en las causas Diedrichs/Herrera, ocurridos entre marzo y septiembre de 1976, durante la última dictadura cívico-militar. El proceso tiene 43 víctimas y 18 imputados, dos de los cuales nunca habían sido acusados.

Carolina Prado, presidenta del Tribunal Oral Criminal Federal número 1 (Tof1) de Córdoba, escuchó a los primeros dos testigos, Sebastián Soulier y Norma Julia Soulier, quienes comparecieron de modo presencial. El caso refiere a un operativo de secuestro y desaparición ocurrido el 15 de agosto de 1976 en Villa Páez, con tres detenidos, y dos detenciones al día siguiente. Los secuestrados en el primer operativo ilegal fueron Juan Carlos Soulier Guillén, Adriana María Ríos y Sebastián Soulier (de apenas cinco meses de edad), mientras que el 16 sufrieron lo propio Luis Freddi Soulier y Luis Roberto Soulier. Según la investigación, las víctimas fueron trasladadas al Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba, el D2.

El proceso tiene 43 víctimas y 18 imputados, dos de los cuales nunca habían sido acusados

Sebastián fue entregado a su tía Norma Soulier el mismo 16 de agosto, sucio y en estado de shock”, Luis Freddi permaneció detenido unas 30 horas y también sobrevivió. Distinto fue el destino que las fuerzas represivas les tenían reservado a Juan Carlos, Adriana y Luis Roberto, quienes fueron vistos por sobrevivientes en La Perla, antes de ser asesinados. Ante el tribunal, y con la presencia virtual de algunos imputados, Norma Julia contó con detalles cómo fue el hostigamiento sufrido por fuerzas policiales y militares en los primeros meses de 1976, con tres allanamientos en su domicilio que debió enfrentar sola, a sus 15 años, informó en la víspera el periodista Adrián Camerano. La niña, que cursaba el secundario en el colegio Loreto, donde uno de sus hermanos era preceptor, contó con lujo de detalles pormenores del secuestro de los Soulier, la desaparición de su ex novio Coqui Arias y el compromiso con esa juventud del cura Carlos Ponce de León, hostigado también por la dictadura militar.

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