Se larga la carrera

Política cordobesa | Por Pedro D. Allende

Se larga la carrera

Con la presencia anual del Gobernador en la legislatura provincial, hoy se abre formalmente la temporada política 2021. Enero permitió bajar la intensidad: en la gestión que conduce Juan Schiaretti implicó un indispensable respiro para dejar atrás el infausto 2020, hasta aquí su annus horribilis”, y por cuestiones que exceden largamente a la pandemia.

Quienes están cerca de Schiaretti dicen que lo ven activo, saliendo del encierro que se autoimpuso para protegerse del contagio, y que dejó muchas veces a sus ministros/as sin advertencias oportunas ni el acompañamiento necesario que supone el cotidiano trabajo de un gabinete. Desamparos que desembocaron en errores forzados y no forzados, yerros cuyo esclarecimiento o solución -según el caso- aún está pendiente.

Siempre auscultando encuestas y acompañado por su esposa, Alejandra Vigo, el mandamás del Panal mide sus próximos pasos. Sondeando cómo algunas medidas que se propongan en Córdoba puedan trascender los hoy menos permeables límites interprovinciales, logrando impacto nacional. Mantener la temporada sin retroceder en la definición de fases epidemiológicas, además de constituir un requerimiento socioeconómico imperioso, claramente se inscribe en ese marco; también anunciar un difuso regreso a clases presenciales que aún debe perfilarse y que, de paso, arrastró a otros sectores -como el universitario- a tener que imaginar (a desgano) alternativas que, sin vacuna masiva, eran impensadas hasta bien entrado diciembre. Se dice que el principal objetivo del anuncio fue impedir que Rodríguez Larreta se corte solo con su anticipada confirmación de clases presenciales en la CABA desde febrero.

El desfile de médicos, enfermeras y otros actores del equipo de salud público y privado por el moderno Centro de Convenciones Córdoba -toda una postal de estos tiempos- en procura de la absurdamente vilipendiada vacuna Sputnik V, pareció apuntalar el respiro de enero. En tanto, el combate del Covid-19 ha entrado en una zona de definiciones. Se espera una segunda ola, aunque en Argentina -Córdoba no escapa a esa situación- aún no terminó a ciencia cierta la primera. Y es clara la necesidad de un mayor flujo de vacunas: el gobierno nacional está cerca de adquirir la vacuna china, que ya llegó a Chile y a Brasil; en marzo llegará AstraZeneca; y se habla de gestiones que algunas provincias argentinas estarían procurando alguna por propia iniciativa, al estilo de San Pablo, en Brasil.

¿Qué esperar?

La inauguración del período legislativo ordinario de sesiones, en la que el único orador es el Gobernador, supone una puesta en escena elaborada, que permite medir el aceite” del motor de la política vernácula. Frente al cuerpo de legisladores que solo posee derecho de oído en la circunstancia, el primer ciudadano desanda su versión de lo actuado en el año anterior, señala los hitos más importantes, y postula el rumbo por venir. Del repaso realizado surgen los ítems (y responsables de instrumentarlos) mejor o peor posicionados, e innumerables señales políticas que se irán concretando (o no) en los meses siguientes. Este despliegue tiene reflejo en la ubicación de los invitados -motivo de gravosa tensión previa, concomitante y posterior- en la que juegan no solo los responsables de ministerios o secretarías, sino intendentes, legisladores nacionales y otros actores políticos de relevancia (real o autopercibida) que pujan por estar ahí.

Pero en una Legislatura en pandemia todo se modificará. ¿Seguirá a puro zoom? No será posible ese ámbito caluroso, asfixiante, donde todos quieren aproximarse al Gobernador o a su señora, y en el que muchos ansían un pequeño parrafito del discurso que los referencie. Será una versión lavada, menos contagiosa, más aburrida.

Schiaretti probablemente reivindique la gestión justicialista, que ya lleva 22 años, apuntale el esfuerzo realizado en materia de salud pública, advierta sobre el dañoso efecto del coronavirus en la economía (y cómo contribuyó la Provincia a atemperarla), valore los programas sociales y rescate el arreglo de la deuda, que para muchos supuso un cambio de opinión; se dice que el Gober” se resignaba un default si no conseguía condiciones de arreglo similares a las de algunas provincias (particularmente Mendoza), pero que fue avisado de la mala prensa nacional, del encocoro opositor local y del enfado del gobierno de Alberto Fernández si ello ocurría. La mejora en la actividad económica reciente, sumado a la confianza en un rebote, impactaron en la recaudación, y lo harían anunciar algunas obras para 2021.

Pero la comunidad reclama certezas inmediatas en salud y en educación. También en seguridad y en justicia: ¿habrá cambios en el gabinete?; ¿se viene una fusión de ministerios? En el Panal se oyen voces encontradas. Cierto es que schiarettistas que juegan en la Justicia ganaron influencia (como queda claro tras las modificaciones al Tribunal de Conducta Policial, que la Legislatura votó en diciembre); habrá que ver si el Gobernador, reacio a los cambios de estructura y de nombres en sus gabinetes, confirma esta tendencia.

Mientras, la reacción opositora (cercana en la Legislatura, pero fragmentada hacia el interior de los partidos que la integran); el perfilamiento de los delfines” que defenderán el honor de Hacemos por Córdoba en 2023; y la posibilidad de un acuerdo entre éstos y el Frente de Todos, con la consiguiente definición de candidaturas para las legislativas de agosto-octubre, empiezan a danzar.  

Empieza el año político. A prepararse, porque será entretenido.

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