Periodistas-problemas: Méndez y Delupi, echados y condenados

Periodistas-problemas: Méndez y Delupi, echados y condenados

Por Mercedes Grimaldi

Los que los trataron a Tomás Méndez y Max Delupi (lo cual no tuve el gusto, en ninguno de los dos casos) coinciden en describir comportamientos que rayan con lo patológico desde el punto de vista psiquiátrico: manipuladores, mitómanos, obsesivos, compulsivos, codiciosos, inescrupulosos, ambivalentes, extorsionadores.

Coincidieron en los medios y en la política. Y fueron tal el uno para el otro que hoy comparten haber sido desterrados de los lugares donde tenían micrófono o pantalla, y en ir acumulando condenas judiciales. De las otras, ni qué hablar.

Tomás Méndez y Maximiliano Delupi ya no tienen espacio para sus andanzas ni en Córdoba ni en Buenos Aires, el círculo se les empieza a achicar.

Estos días, Méndez fue noticia por su despido escandaloso de la señal porteña, medianamente afín al gobierno nacional, C5N. Había organizado un escrache” delante del domicilio de la presidenta del principal partido opositor, Propuesta Republicana – PRO, Patricia Bullrich, y las autoridades del canal, que ya le habían perdonado sus ataques antisemitas, decidieron poner punto final a esas prácticas extorsivas y sin ética profesional alguna. Unas prácticas similares a las que durante tantos años nos tuvo acostumbrados a los cordobeses, con la complicidad de los SRT, nada menos y nada más que la señal universitaria.

Méndez, un pibe de clase media de barrio General Paz, se transformó en poco tiempo en alguien de más que acomodada posición económica, aparentemente solo con su tarea periodística.

Pero el tiempo fue mostrando que su carencia de escrúpulos y su ambición económica lo hacía hasta grabar cámaras ocultas hablando con su esposa.

Su relación con el sector marginal de los servicios de inteligencia quedó expuesta en el denominado narcoescándalo”, donde se prestó para una operación del kirchnerismo local, para hacer una buena elección legislativa en 2013.

Ingresó a la política de la mano de los que decía combatir. Jorge Zurdo” Montoya, otro de ascenso meteórico en lo patrimonial, lo llevó ante su jefe, José Manuel de la Sota. Y el fallecido viejo zorro de la política le encontró rápido una función. De la Sota necesitaba que siguiera Ramón Mestre en la Intendencia, fundamentalmente como garantía de varios acuerdos empresarios en marcha. Pero el radical no venía acertando mucho en su primer mandato, y por eso había que llenar de candidatos aquella elección.

Méndez terminó siendo un candidato más delasotista que los delasotistas, y puso a su banda de extorsiones, cámaras ocultas y falsos informes en las listas. Entre ellos, a Max Delupi, nacido y criado en la Córdoba fashion” y de la noche de zona Norte, que un buen día encontró abrazar al kirchnerismo como una manera de hacer buenos negocios.

Méndez se fue estos días de C5N diciendo que tenía la ficha limpia. Tan discutible como la mayoría de las cosas que hizo. Tiene en la Justicia de Córdoba condenas, ratificadas algunas por el Tribunal Superior. El caso Fritzler”, un productor al que Méndez acusó de colaborar con los narcos, es uno de esos casos.

También está imputado por gestionar ayuda económica del Banco de la Provincia de Córdoba (Bancor) para sus informantes y actores de cámaras ocultas, esas en las que se demostró que muchos de los personajes encapuchados eran falsos.

Además, tiene una causa en la Justicia Federal por cohecho, donde se investiga el pedido de un listado de llamados a la Jefatura de Policía, para seguir a un abogado que había denunciado a Méndez. Junto a aquellas conversaciones con Hermann Karsten, el dueño de Kolector, con el que negoció de manera sospechosa dinero y protección durante meses.

Su ladero, Delupi, que se fue de Córdoba al ser acusado por integrantes del colectivo #NiUnaMenos de violencia machista, también carga sobre sus espaldas condenas judiciales. Fue encontrado culpable de haber calumniado a los periodistas Iñigo Bian y Roxana Acotto, a los que debió resarcir con un monto millonario.

No solo es crítico el panorama periodístico cordobés por los personajes obsecuentes con el poder.

Se lo contamos aquí, porque va a ser difícil que lo lea en otro lado.

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