El exceso de horas frente a las pantallas retrasa el desarrollo

El exceso de horas frente a las pantallas retrasa el desarrollo

Un trabajo científico realizado desde hace una década demostró que mientras más tiempo pasan los niños frente a las pantallas de celulares, tables y computadoras entre los dos y los tres años, peor es su desempeño a los 5 años.

“Este estudio muestra que, con exceso, el tiempo frente a la pantalla puede tener consecuencias para el desarrollo de los niños”, concluyó la psicóloga Sheri Madigan en su investigación amparada por la Universidad de Calgary. Para demostrar esto se elaboró un test en el que se analizó el progreso de los niños en cinco puntos clave: comunicación, habilidades motoras, resolución de problemas y habilidades sociales.

La psicóloga explicó cuáles fueron algunas de las dinámicas para realizar estas pruebas: “para las habilidades motoras, por poner un ejemplo, observamos si un niño puede apoyarse en un solo pie… y para medir la comunicación en un niño de tres años, por ejemplo, preguntamos si un niño puede formar una oración de cuatro palabras o identificar las partes más comunes del cuerpo”.

Madigan informó que entre los niños estudiados, el pico de uso de pantallas se dio a los tres años, antes de escolarizarse, con 25 horas a la semana en promedio. Otro punto que pretende demostrar la investigación es que los primeros 5 años son fundamentales para el desarrollo de los niños, pues durante ese período empiezan a formarse ciertas habilidades sociales, motoras y de comunicación.

“Cuando los niños pequeños están observando pantallas, pueden perder oportunidades importantes para practicar y dominar las habilidades interpersonales, motoras y de comunicación”, explicó el estudio. Por ejemplo, cuando están enfrente de una pantalla tienden a hacerse más sedentarios y, por lo tanto, no practican habilidades como caminar y correr, que a su vez retrasan el desarrollo en este campo.

Las pantallas también pueden interrumpir las interacciones con sus familiares, lo que en un futuro podría traducirse en dificultades para socializar con otras personas, según el estudio.

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