Los contenidos de la ESI van desfasados de las experiencias

Un estudio de la UNC relevó la críticas de los estudiantes a la educación sexual

Los contenidos de la ESI van desfasados de las experiencias

Un equipo de investigación de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) analizó qué percepciones tienen estudiantes de colegios secundarios públicos y privados de Córdoba sobre la educación sexual que reciben, y cuáles son sus demandas e intereses en torno a este tema. Las conclusiones se inscriben en una línea de investigación sobre género y sexualidad en escuelas de nivel medio en la cual se recogen las voces y experiencias de estudiantes a través de entrevistas y talleres grupales.

De los reportajes se desprende que la educación sexual en el ámbito escolar es altamente valorada, en especial, la información relacionada a cuidados necesarios en las relaciones sexuales, y el reconocimiento de las violencias en las relaciones sexo afectivas.

Sin embargo, también perciben que la capacitación es insuficiente o poco significativa, principalmente porque suele llegar a destiempo, cuando ya se han iniciado en la sexualidad con otras personas. Pero también porque el trabajo de la ESI en el aula esta rutinizado, se repiten las mismas actividades y no se profundiza.

Los alumnos también advierten que la ESI se trabaja desde un enfoque puramente biologicista, desconectado de sus realidades y experiencias. De esta manera, la información se centra en la genitalidad y la reproducción y deja fuera aspectos como masculinidades, placer, amor, diversidad genérica y sexual, y el cuidado de las relaciones sexo afectivas.

En esa línea, Marina Tomasini, directora del equipo de investigación, explica que los modelos tradicionales de educación sexual persisten al momento de implementar la ESI y permiten presentar los temas en clave científica, algo con lo que los docentes se sienten más cómodos y menos expuestos a ser cuestionados.

Pero sucede que la agenda pública sobre género y sexualidad, y las propias experiencias de estudiantes corren permanentemente los límites de lo que se puede trabajar en clase, y temas como el aborto o la diversidad sexual, irrumpen en las aulas por demanda de estudiantes que preguntan, antes que por decisiones de los docentes.
Pese a las críticas, los alumnos valoran la escuela como un espacio de contención, aprendizaje y de acompañamiento entre pares.

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