Con un estado crítico, preocupa la salud del lago San Roque

Un informe técnico arrojó nulos niveles de oxígeno y alta presencia de algas

Con un estado crítico, preocupa la salud del lago San Roque

De acuerdo al monitoreo mensual que realiza el Centro de la Región Semiárida del Instituto Nacional del Agua (Cirsa-Ina), los problemas de floración de algas y la ausencia de oxígeno volvieron a colocar en estado crítico al lago San Roque durante el pasado mes de noviembre, una categoría que no se alcanzaba desde febrero.

Cirsa define el estado crítico como aquel que ocurre cuando la presencia del oxígeno es nula en el total o en gran parte de la columna de agua del lago y cuando la transparencia está altamente reducida por la alta presencia de algas.

Además, en la superficie se pueden observar los colores marrón rojizo o verde azulado por floración de microorganismos y hay presencia de olores intensos a “tierra” o “pescado”. Estas características también suponen la probable muerte de peces.

Durante el 2020, el San Roque solo alcanzó esta condición durante enero, mientras que en 2019 eso ocurrió en los meses de enero, marzo y diciembre.

Para analizar la contaminación del lago se tienen en cuenta diferentes síntomas, uno de ellos es la floración, en la cual se mide el porcentaje cubierto por algas en la superficie del agua. En enero de este año, este indicador fue del 55% y bajó al 45% durante los dos meses siguientes. Luego fue nula entre mayo y octubre. En algunos días de noviembre, el 25% de la superficie del lago estuvo cubierta por la floración de algas.

Otro parámetro preocupante es la turbiedad. En este caso, un instrumento mide la profundidad a la que llega la luz solar. En el mes de noviembre, fue de casi un metro en el centro del lago y de 1,15 metros en la zona del dique. En las desembocaduras de los ríos Cosquín, San Antonio y Los Chorillos fue de menos de 40 centímetros. En general, la turbiedad estuvo en su promedio histórico durante el mes pasado.

También se tiene en cuenta la presencia de microorganismos. El Cirsa determinó que existían las cianobacterias Microcystis y Dolichospermum, que desarrollan floraciones en el área central, previo al ingreso a la garganta. Ellas son las responsables de la coloración y olores desagradables. Estos microorganismos dificultan la potabilización en la planta que provee el servicio al 70% de la ciudad de Córdoba.

Por último, se mide la eutrofización, la cual ocurre cuando la materia orgánica aportada por las actividades humanas genera la proliferación de cianobacterias y de algas. Durante ocho días de noviembre, el lago alcanzó la condición hipereutrófica y en 19 fue eutrófica.

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