El presidente Alberto Fernández celebró hoy la «fiesta popular» que se vivió con la llegada del seleccionado argentino al país y destacó que se haya desarrollado en un clima de «mucha tranquilidad, armonía y paz».
En una entrevista que brindó esta mañana a Radio Con Vos, luego de los multitudinarios festejos de ayer, Fernández admitió que el plantel dirigido por Lionel Scaloni no quiso asistir a Casa Rosada para la histórica foto en el balcón y afirmó que los futbolistas «quisieron otra cosa y es muy respetable».
«Ellos quisieron otra cosa y es muy respetable. No era una celebración del Presidente de la República, era de los jugadores. Celebré y disfruté mucho de ver a la gente disfrutar», sostuvo el mandatario.
«No le asigno ninguna trascendencia a que hayan venido o no a la Casa de Gobierno. En lo personal, si tuvo que ver con no mezclar el fútbol con la política, me encanta estar haciendo escuela», dijo y subrayó: «Ayer el homenajeado no era el Presidente sino los jugadores, así lo interprete siempre».
Respecto a los cuestionamientos al dictado del feriado nacional, aclaró que esa medida no puede tomarse para partes del territorio y afirmó además que los festejos no eran «un derecho de los que viven cerca del Obelisco», en referencia al Área Metropolitana de Buenos Aires.
El jefe de Estado continuó: «Soy un futbolero consumado y veo las cosas de otra manera. Sabía que el nivel de agotamiento era muy grande y que querían que la celebración sea breve. Les dije a las autoridades de AFA que tenían a disposición Casa Rosada».
Asimismo, Alberto Fernández calificó como «una fiesta popular» a la masiva cantidad de gente que salió a las calles a festejar y aseguró que su trabajo fue facilitar las cosas para que la sociedad celebrara con la Selección campeona.
Consultado por una posible reticencia de los jugadores a acercarse a cualquier figura del ámbito político, estimó que eso es producto de «la grieta» y aclaró que él ofreció la Casa Rosada «no para hacer un acto de gobierno» sino que «era para que salieran al balcón».
Finalmente, destacó los festejos en paz en la «misma plaza» de Mayo, en la que años atrás «quedaban decenas de muertos», en referencia al 21 aniversario del estallido social del 2001 que se cumplió ayer mismo.
«Una alegría desbordante, todos felices. Necesitaba que el espíritu de la gente esté alto. No somos ese pueblo de miércoles que dicen algunos. Somos el pueblo maravilloso que vimos ayer. Nos quieren hacer creer que hay que bajar los brazos, que el problema de la Argentina son los sindicatos a diferencia de Qatar. Al pueblo argentino hay que cuidarle el estomago, el bolsillo y el espíritu», concluyó el jefe de Estado.