Balearon un micro en Rosario y dejaron amenazas a Pullaro

No se registraron heridos y los sicarios tirotearon una estación de servicio horas después

Balearon un micro en Rosario y dejaron amenazas a Pullaro

El gobernador santafesino Maximiliano Pullaro.

Delincuentes atacaron a balazos un colectivo de pasajeros y una estación de servicio de GNC en la ciudad de Rosario, en dos hechos en los que no hubo personas heridas y en los que los agresores dejaron notas con contenido mafioso en las que mencionan al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, informaron ayer fuentes policiales y judiciales.

El primer hecho ocurrió en la noche del lunes, cerca de las 22.30, sobre la calle Winter al 3800, cuando el interno 3582 de la línea urbana que estaba parado en la línea de punta fue atacado a tiros. El primero de los disparos impactó contra el parabrisas y el otro en la parte derecha de la unidad, a la altura una de las ruedas, aunque no hubo heridos.

En el lugar, los peritos hallaron dos vainas servidas y una nota en la que se menciona al gobernador Pullaro, añadieron los voceros. La segunda balacera se registró, alrededor de la 1 de la madrugada del martes en una estación de servicios GNC, ubicada en las avenidas 27 de Febrero y Avellaneda.

Según las primeras averiguaciones, personas que se movilizaban en una moto pasaron y dispararon contra el vidriado del Mini Market, tras lo cual arrojaron una nota escrita de contenido mafioso e intimidatorio donde se menciona al gobernador santafesino. Los peritos contabilizaron en el vidriado del comercio unos seis impactos de bala.

El hecho causó pánico entre los empleados y clientes, quienes resultaron ilesos, añadieron los informantes. Ambos episodios son investigados por la Unidad de Balaceras del Ministerio Público Fiscal de Rosario. Esto ocurrió en el contexto de amenazas que viene sufriendo el actual gobernador desde el inicio de su gestión, cuyo eje de campaña fue la lucha contra la inseguridad, en diciembre de 2023.

Las amenazas se deben a las decisiones que tomó de mantener por separado a narcos de alto perfil de los sicarios, además de aislar a los primeros y someter a todos a mayor vigilancia y menos privilegios en los penales en los que se alojan. En respuesta, comenzó a recibir amenazas dirigidas tanto a él como a su familia.

“Lamentablemente ya estoy acostumbrado desde que comenzó mi gestión, pero quiero ratificar el rumbo de seguir peleando contra la delincuencia en la provincia de Santa Fe y en la ciudad de Rosario”, declaró a los medios a comienzos de enero. En la misma entrevista, decía: “los primeros veinte días dejé a mi familia encerrada en un departamento. Vivo en un departamento pequeño, por lo cual no la pasaron bien, y ahora la saqué de la ciudad, porque no creo que tengan que andar con diez personas de custodia permanentemente porque esos recursos se los sacás a la calle. Yo me la aguanto porque sé en lo que me metí y en las acciones que llevamos adelante, pero no le vamos a permitir a los delincuentes que desde la cárcel hagan lo que quieran”. Actualmente, mudó a su familia fuera de Rosario.

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