Rusia consideró ayer terminada la toma de la ciudad portuaria de Mariupol pese a que las últimas tropas seguían escondidas en la enorme acería de Azovstal de esta ciudad del mar de Azov, lo que le permitirá acelerar con la conquista del Donbass, región donde ayer mismo avanzó sobre 42 aldeas que fueron ocupadas.
La caída de Mariupol después de casi dos meses de asedio y bombardeos significa un triunfo vital para la resolución de la guerra, ya que le permitirá a Rusia unir el resto de la región de Donbass con la península de Crimea y cumplir sus nuevos objetivos la retirada de frentes como Kiev y Járkov: lograr la independencia de las repúblicas de Donetsk y Lugansk, no reconocidas por la comunidad internacional.
Por eso, el presidente Vladimir Putin salió a celebrar como un “éxito” la toma de la ciudad, al informar que ordenó dejar de atacar la fábrica de Azovstal porque “el asalto de la zona industrial no es apropiado”, según dijo su ministro de Defensa, Serguei Shoigu.
“Se tiene que pensar en la vida de nuestros soldados y oficiales, no se tiene que penetrar en esas catacumbas y arrastrarse bajo tierra”, prosiguió Shoigu, quien indicó que Putin ordenó instalar un bloqueo que haga que “no pase ni una mosca”. El ministro indicó que unos 2.000 militares ucranianos se encontrarían ocultos en ese complejo, mientras al menos cuatro colectivos con civiles pudieron salir de la ciudad.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, consideró que “los combatientes ucranianos bloqueados en Azovstal no influirán de ninguna manera en la restauración de la vida pacífica en la ciudad”. La toma de Mariupol le permitirá a Moscú unir los territorios prorrusos del Donbass y la península de Crimea, ya anexada.
Si bien los ultimátums lanzados por Rusia no habían logrado la rendición de los últimos soldados ucranianos, uno de sus comandantes, Sviatoslav Palamar, pidió “garantías” de seguridad a los países occidentales para dejar el recinto. A su vez, las autoridades de la ciudad temen la muerte de más de 20.000 personas en la localidad, debido a los bombardeos, pero también por la falta de agua, comida y electricidad.
La caída de la ciudad le permitirá liberar además miles de tropas para avanzar en el resto de la región, algo que comenzó a verse ayer mismo, según reveló Olena Symonenko, asistente del jefe de Gabinete del presidente Volodimir Zelensky, quien dijo que “hoy se agregaron 42 pueblos a la lista de los que han sido ocupados”.
Las fuerzas rusas “mantienen sus disparos de artillería sobre toda la línea del frente”, indicaron además las autoridades ucranianas, que precisaron que los combates son especialmente intensos en los alrededores de Izium (noreste), hay “bombardeos incesantes” en Popasna y Rubizhne en la región de Lugansk (este) y nuevos ataques en Mikolaiv (sur), en la ruta hacia Odesa.
Biden y Sánchez anuncian nueva ayuda militar
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció ayer un segundo paquete de ayuda militar para Ucrania por el valor de 800.000.000 de dólares. El anuncio se produjo luego de que Biden se reuniera con el primer ministro de Ucrania, Denís Shmigal, a puerta cerrada en la Casa Blanca.
El nuevo paquete incluye armamento que, según Estados Unidos, será parte integral en la respuesta a la ofensiva de Rusia en el este de Ucrania, como obuses, 144.000 proyectiles y drones tácticos. A la vez, en una visita a Kiev, el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció que España enviará 200 toneladas de material militar a Ucrania, más del doble del armamento enviado hasta el momento por Madrid.
A la vez, el socialista Sánchez ofreció enviar un equipo de alrededor de 50 personas para colaborar con la Corte Penal Internacional (CPI) para investigar y perseguir posibles crímenes de guerra en Ucrania por parte del Ejército ruso.
Más de 7.700.000 de personas huyeron de Ucrania
El organismo de la ONU para las migraciones informó ayer que más de 7.700.000 de personas huyeron de sus hogares en Ucrania desde que comenzó la invasión rusa, pero permanecieron dentro de las fronteras del país.
“En los primeros 17 días de abril, más de 600.000 personas fueron desplazadas en Ucrania, con lo que el número total de desplazados internos (…) superó los 7.700.000 millones, lo que representa el 17% de la población del país”, indicó un comunicado de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La cifra representa un alza con respecto al balance divulgado el 5 de abril pasado, cuando el organismo de las Naciones Unidas estimó en 7.100.000 el número de desplazados internos. “Las mujeres y niños, los ancianos y las personas con discapacidades han sido afectadas de forma desproporcionada y representan un grupo altamente vulnerable”, remarcó el director general de la OIM, Antonio Vitorino.