Cuatro hechos de violencia urbana tuvieron lugar durante el fin de semana en nuestra provincia. Dos de los episodios se ejecutaron con armas de fuego, mientras que otros dos se llevaron a cabo mediante el uso de armas blancas.
En el primero de ellos, un joven de 20 años resultó asesinado ayer de un balazo en la cabeza en medio de una disputa con un hombre en la localidad cordobesa de San Francisco, según informaron fuentes policiales. El hecho ocurrió pasadas las 6.30 en un bar, de la localidad mencionada.
Al respecto, la Policía afirmó que el joven asesinado tenía antecedentes penales y el hombre que realizó el disparo escapó. El crimen es investigado por el fiscal del tercer turno local, Bernardo Alberione, quien dispuso una serie de diligencias a la Policía en procura de identificar al asesino.
Por otra parte, en la mañana del sábado un violento episodio terminó con la muerte de un hombre de 44 años en la localidad de Río Cuarto. El asesinato ocurrió en el marco de una discusión desatada en una vivienda ubicada en las calles Quena y Bariloche. El atacante, un sujeto de 34 años identificado como Juan Rodríguez, le propinó al menos dos heridas de arma blanca a su contrincante de 44 años, apodado “el porteño”. La víctima arribó a un hospital de lo localidad ya sin vida y el homicida quedó detenido.
En tanto, el sábado por la noche una pelea en la ciudad de Tanti culminó con un hombre de 44 años apuñalado. El individuo fue trasladado al Hospital Domingo Funes y más tarde fue llevado a un centro de salud de nuestra ciudad con ocho heridas cortantes en la cabeza, rostro, codo derecho y zona de las costillas. Según sus propios dichos, fue agredido por un grupo a la salida de la fiesta.
Por último, Río Cuarto se vio conmocionada por otro hecho de singulares características: un niño de 13 años le disparó a su hermano mientras jugaban. Luego de un llamado, la Policía entrevistó a un niño en estado de nerviosismo manifestando haberle disparado a su hermano y lesionarlo en el cuello. El hermano, de 16 años, se encontraba tendido sobre la vereda con abundante pérdida de sangre.
El abuelo de ambos menores permitió el ingreso al domicilio a los uniformados que, al entrar en la vivienda, vieron sobre la cama matrimonial un arma de fuego calibre 32. Minutos después, se hizo presente un móvil policial que asistió y trasladó al lesionado, que tenía una herida de arma de fuego con orificio de entrada sin salida en la región cervical.