El ministro de Economía, Sergio Massa, destacó hoy la importancia de la construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, y señaló que será fundamental para «transformar los recursos en riqueza y desarrollo». En el marco del acto por la firma de contratos de obras civiles para la obra, también aprovechó para referirse a la caída de reservas del Banco Central.
En ese contexto, el ministro de Economía que «entre dejar salir un poco más de reservas o cortar el gas y la luz», el Gobierno tomó la decisión de «soltar un poquito de reservas, pero garantizar a los argentinos que pudieran tener calefacción, la computadora o las máquinas de las empresas funcionando».
«Era importante que ese crecimiento de la economía y esa generación de empleo no se detuvieran», enfatizó el funcionario.
Massa se expresó así en el acto de firma del contrato para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, que se realizó en la localidad bonaerense de Salliqueló.
Allí, junto al presidente Alberto Fernández, el gobernador Axel Kicillof y otros funcionarios, el jefe del Palacio de Hacienda resaltó que esa obra será fundamental para «transformar los recursos en riqueza y desarrollo».
Massa consideró que si el gasoducto estuviera ahora en funcionamiento, la Argentina se habría ahorrado «probablemente la gran mayoría» de los US$ 4.100 millones que este año se destinaron a las importaciones de energía.
A la vez, estimó que para 2023 la puesta en funcionamiento de la primera parte del gasoducto representará un ahorro de por lo menos US$ 1.300 millones.
A su criterio, la energía «es uno de los cuatro grandes jugadores de la economía mundial con la agroindustria, el conocimiento y los minerales».
El funcionario comentó que «cuando vemos las tapas de diarios de España, que dicen que allí se están apagando vidrieras o las de Francia, apagando monumentos y museos o de Alemania, anunciando que sale de la ruta verde de transición energética que había elegido hace muchos años, se nos está describiendo cuál es el escenario en el que estamos viviendo».
«Es un escenario que tiene precios para los países, que obliga a quienes gobernamos a elegir. Y entonces lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la guerra le está costando a todos los países del mundo en términos económicos y en términos energéticos», enfatizó.