Seguidores del presidente brasileño Jair Bolsonaro protestaron hoy frente a los cuarteles del Ejército en San Pablo y Río de Janeiro para reclamar a los jefes militares intervenir mediante un golpe de Estado e impedir la asunción del mandatario electo el domingo en las elecciones generales, Luiz Inácio Lula da Silva.
Los manifestantes entendieron -y así lo diseminaron por más de 220.000 grupos de WhatsApp y Telegram que dicen tener- que el discurso de ayer de Bolsonaro en el Palacio del Planalto, dos días después de haber sido derrotado, los invita a seguir manifestándose y reclamando fraude.
El presidente evitó admitir la victoria de Lula y dijo que respetará la Constitución, a la vez que justificó las protestas, aunque se opuso a que sean violentas.
«Venimos a pedirle al Ejército que haga una intervención federal en las instituciones de Brasilia, en la justicia electoral, que se vote nuevamente porque hubo fraude. Nosotros somos el pueblo y no aceptamos las elecciones, queremos el recuento de los votos», dijo a Télam Marcelo Rossetti, uno de los organizadores de la marcha en San Pablo, vestido con una camiseta de la selección brasileña, que es usada desde 2015 por los seguidores de la ultraderecha.
Según Rossetti, la manifestación debería permitir un golpe para evitar la asunción de Lula.
«Bolsonaro no reconoció la victoria de Lula en su discurso, por eso estamos acá, para no permitir que asuma», dijo entre gritos Marcia, levantando un cartel con la frase «No al Comunismo-Stop Comunism».
La protesta generó un caos de tránsito en el feriado del Día de los Muertos frente al Comando del Sudeste de Ejército Brasileño, en inmediaciones de Parque Ibirapuera, uno de los lugares emblemáticos de San Pablo, la mayor ciudad sudamericana.
En la protesta, que estuvo convocada por grupos de WhatsApp y Telegram, muchos de los participantes entrevistados repetían las noticias falsas que les llegaban a su celular, como que era inminente una decisión del jefe de Ejército para detener al presidente de la corte electoral, Alexandre de Moraes.
En el lugar, sin embargo, no había dirigentes políticos de peso.
La consigna de los golpistas fue similar a la utilizada por Bolsonaro en la campaña: patria, familia, propiedad y libertad.
Decenas de manifestantes montaron carpas en inmediaciones de la Asamblea Legislativa de San Pablo, frente a cuartel del Ejército, para realizar una «vigilia» para pedir que se anulen las elecciones.
«Lula no puede asumir, fue condenado y no tendrá respiro si asume el gobierno», comentó un hombre que se identificó como Rafael Vieira, quien aseguró que quien dio un golpe de Estado fue «el Supremo Tribunal Federal» al anular la condena de los cargos de corrupción contra el ahora presidente electo.
El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) estuvo 580 días en la cárcel y fue proscrito en las elecciones de 2018, que ganó Bolsonaro, por condenas que fueron luego anuladas por parcialidad y falta de competencia del juez.
En Río de Janeiro, la manifestación cortó la Avenida Presidente Vargas y en Bahía un pequeño grupo marchó frente al regimiento de Salvador.
Los manifestantes cortaron las calles sin ser reprimidos por la policía.
Estas protestas se dan mientras en el país se redujeron los bloqueos de rutas iniciados el lunes por bolsonaristas que no reconocieron el resultado, pese a que el presidente ordenó iniciar la transición con el equipo de Lula.
El Supremo Tribunal Federal (STF) determinó que la Policía Militar participe en las acciones para levantar los piquetes, incluso en las rutas nacionales, y que se investigue al director de la Policía de Carreteras, Silvinei Vasques.
La corte suprema también autorizó a la Policía Militar a identificar camiones utilizados para bloquear el tráfico para que se aplique una multa de 100.000 reales (más de 19.000 dólares) por hora y detención.