Millones de estadounidenses preocupados por la situación del país y molestos con la marcha de la económica votaron en las primeras elecciones nacionales de la Presidencia de Joe Biden, con el control del Congreso en juego y un ojo en los comicios generales de 2024 por una probable candidatura presidencial de Donald Trump.
Autoridades dijeron que habría que esperar horas o quizás días para los resultados finales, y el Partido Demócrata de Biden se preparaba para que fueran potencialmente decepcionantes, con la perspectiva de la casi segura pérdida de la Cámara de Representantes pero la esperanza de poder mantener la mayoría en el Senado.
Tras dos años abundantes en teorías conspirativas sobre la transparencia de los comicios, la votación transcurrió sin denuncias de grandes irregularidades, pero Trump, que afirma que Biden le robó la elección de 2020, volvió a insinuar, sin mostrar pruebas, que también podría haber habido fraude en esta elección.
Los comicios coronaron una campaña que volvió a atizar la rampante división política de Estados Unidos y agitó fantasmas sobre su compromiso con un futuro democrático, con cientos de candidatos leales a Trump que llegaron a la elección rechazando comprometerse a aceptar los resultados en caso de no ganar.
A esta desconfianza en el sistema electoral se suman una espiral inflacionaria, una ola de desinformación y graves hechos de violencia política, incluyendo un reciente ataque al marido de la líder demócrata del Congreso, Nancy Pelosi, dentro de su propia casa, que completan un ambiente social de creciente toxicidad.
El Gobierno de más de una treintena de estados también se puso en juego, y Massachussetts eligió a la primera gobernadora abiertamente lesbiana de Estados Unidos, la demócrata Maura Healey, y Maryland a su primer gobernador afroamericano, el demócrata Wes Moore, proyectaron medios locales.
En sus últimos actos de campaña, la noche del lunes, Biden llamó a «defender la democracia», mientras que el expresidente Trump prometió un «gran anuncio» la semana que viene, realzando la expectativa de que intente un regreso a la Casa Blanca en dos años.
Trump votó hoy en Florida, auguró una «gran noche» para los republicanos y dijo que debería obtener «todo el crédito» en caso de una victoria de las decenas de los candidatos de su partido por los que hizo campaña.
Las mesas comenzaron a cerrar en los primeros estados de la costa este de Estados Unidos a partir de las 18 (las 20 en Argentina), pero en estados de la costa oeste de seguía votando.
Más de 45 millones de estadounidenses votaron por anticipado en estas elecciones de mitad de mandato, entre ellos Biden, que lo hizo el mes pasado en su estado de Delaware. La votación por anticipado superó el ritmo de los anteriores comicios de mitad de mandato, en 2018, en todos los estados en los que había datos disponibles.
Los votantes estaban llamados a renovar los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 del Senado, en unos comicios que definirán la capacidad de gestión de Biden en sus dos últimos años en el cargo y, posiblemente, sus chances de buscar la reelección.
El mandatario, de 79 años, ha indicado en público y en privado que tiene intenciones de volver a postularse y que lo haría con más determinación si Trump, de 76 años, se lanzara también a la carrera, lo que reeditaría el duelo entre ambos de 2020.
Los comicios son los primeros en el país desde que cientos de seguidores de Trump atacaron el Congreso en enero de 2021 para tratar de interrumpir la certificación del triunfo de Biden, en un hecho que sacudió los cimientos de la democracia estadounidense.
Autoridades informaron hoy de problemas aislados con máquinas de votación en Arizona y de recepción de boletas por correo en Georgia, dos estados donde se libran batallas clave para el Senado.
Trump dijo en sus redes sociales que los problemas de Arizona se registraban sobre todo en zonas que votan por los republicanos.
«¿¿¿Está pasando la misma cosa con el fraude electoral que pasó en 2020???, escribió en su plataforma Truth Social.
Sin embargo, un gran sondeo a boca de urna mostró que la mayoría de los votantes, ocho de cada diez, sí confía en la transparencia del sistema electoral, y que la mitad de ellos tiene mucha confianza. Además, siete de 10 dijeron que la democracia estaba algo o muy amenazada, informaron CNN y otras cadenas, que encargaron el estudio.
La misma encuesta, realizada por la consultora Edison Research mostró un alto nivel de preocupación sobre el presente del país y de descontento con la gestión de Biden sobre todo por la inflación.
Con todo, el sondeo reflejó que la opinión que se tiene de Trump es peor que la que se tiene de Biden.
Aproximadamente una tercera parte de los votantes dijo que la inflación fue el factor decisivo de su voto, mientras que cerca del 27% dijo que fue el aborto.
Más del 70% de los votantes dijo estar insatisfecho con la situación general de Estados Unidos, mientras que una tercera parte dijo que más que descontento, estaba enojado.
La aprobación de la gestión de Biden rondó el 45%. La proporción de votantes que dijo desaprobar fuertemente su trabajo en sus primeros dos años en el cargo fue el doble que la que dijo aprobarlo fuertemente, mostró también la encuesta.
Solo un 37% expresó una opinión favorable sobre Trump, y seis de cada diez manifestaron una desfavorable.
Históricamente, estas elecciones «a mitad de mandato» -porque se celebran a la mitad del mandato de cuatro años del presidente- favorecen al partido que está en la oposición.
Los sondeos indican que los republicanos ganarían entre 10 y 25 escaños de la Cámara de Representantes, más que las cinco que necesitan para pasar a controlarla.
Los republicanos ya han dicho que, de ganar la Cámara Baja, paralizarán la agenda legislativa de Biden y enterrarán el trabajo de la comisión especial de congresistas que investiga el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.
En el Senado la contienda es más pareja. Los demócratas tienen una mayoría técnica allí de un solo voto. Los republicanos aspiran a tomar también su control, que se definirá en un puñado de estados en los que se disputan las carreras más competitivas.
Los nuevos legisladores asumirán en enero de 2023. Los representantes tiene un mandato de cuatro años y los senadores, de seis.
Los comicios son los primeros desde un fallo de la Corte Suprema, de este año, que terminó con el derecho a nivel federal para que las mujeres puedan poner fin a su embarazo y dejó la cuestión en manos de los estados, muchos de los cuales han prohibido el aborto desde entonces.
Junto a sus representantes en el Congreso, ciudadanos de 36 de los 50 estados elegirán a sus gobernadores, en una votación importante por la cantidad de asuntos que, a falta de una legislación federal, se resuelven a nivel estatal, como el aborto.
En Florida fue reelecto el republicano Ron DeSantis, proyectaron medios.