Una serie de chats filtrados de un grupo de Telegram terminó de confirmar el último escándalo político-judicial que alcanza a los gobiernos del PRO y Juntos por el Cambio (JxC): el viaje privado protagonizado por cuatro jueces del fuero de Comodoro Py a la estancia del magnate británico Joe Lewis –íntimo amigo del ex presidente Mauricio Macri- en Lago Escondido, Río Negro, presuntamente para un cónclave secreto con operadores y ex agentes de inteligencia de la Side.
Los jueces involucrados son Julián Ercolini (Juzgado Federal 10); Carlos Mahiques (presidente de la sala II de Casación Penal); Pablo Cayssials (del fuero Contencioso Administrativo Federal 9) y Pablo Yadarola (del Penal Económico 2); todos denunciados recientemente por “mal desempeño de sus funciones” a raíz del viaje en un avión privado que protagonizaron el jueves 13 de octubre pasado a la estancia de Lewis. Allí, habrían participado de una cumbre con Juan Bautista Mahiques (jefe de los fiscales de CABA y operador del macrismo), Marcelo D’Alessandro (ministro de Justicia de Horacio Rodríguez Larreta), el empresario especialista en campañas digitales Tomás Reinke (ex jefe de Legales de la Side) y el ex espía en tiempos de Antonio Stiuso, Leo Bergroth.
El escándalo se potenció este fin de semana cuando trascendió el contenido de un grupo de Telegram creado por Pablo Casey -director de Asuntos Institucionales del Grupo Clarín- el 17 de octubre pasado, como una suerte de comité de crisis después que trascendiera la noticia. El grupo está integrado por todos los citados más el CEO de Clarín, Jorge Rendo, y su objetivo era ocultar, inventar pruebas y frenar cualquier investigación sobre el viaje, así como evitar que trascienda. Si bien todos aseguran no haber hecho “nada malo”, se empecinan en fabricar y adulterar pruebas, inventar coartadas, incluso fabricar facturas falsas para demostrar el pago de un viaje que al parecer abonó Clarín. Incluso, los jueces y operadores macristas prometen cobrarse venganza con quien suponen que fue el responsable de filtrar la información: el jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), José Glinski.
Del intercambio surge la clara presencia del Grupo Clarín en el viaje. Mientras todos discutían cómo hacer figurar que habían pagado cada uno su viaje y alojamiento, el directivo Pablo Casey les transmite un mensaje: “Muchachos, más allá de todo lo que paguen, quiero decirles que yo me encargo de todo porque es mi responsabilidad”.
En las conversaciones, hay preocupación por las cámaras del Aeropuerto de Bariloche, que habría captado a los protagonistas subiendo juntos a un automóvil, y especulaciones sobre formas de ocultar el viaje. El juez Cayssials directamente propone mentir sobre el lugar donde se alojaron: “Puedo conseguir una casa a la que fuimos a Bariloche. Es de un amigo que puede decir que nos la prestó”, afirma e incluso propone viajar al lugar para sacarse fotos. “Si se consiguiera eso, sólo queda la idea de confabulación, que es la nada misma”, celebra el juez Ercolini.
También hablan de otros viajes anteriores, con otros personajes, siempre invitados por el poder, siempre en secreto. Al mismo tiempo, especulan sobre formas de vengarse del jefe de la PSA, José Glinski, a quien adjudican la revelación del encuentro. “Dame el gusto de ir a buscarlo con un patrullero nuestro que lo hago cagar”, le pide ministro porteño D’Alessandro al juez Yadarola, mientras Mahiques propone hacer una operación mediática-judicial con noticias y denuncias falsas en contra la PSA como forma de advertencia, reconociendo tácitamente la existencia de denunciadores seriales que llevan a tribunales denuncias por encargo. Para más, el grupo también desnuda cómo negocia y presiona a dueños de medios para frenar la publicación de informaciones que los comprometan.
Una confabulación con eje en Comodoro Py
Durante las conversaciones del grupo publicadas por algunos pocos medios porteños, se revela el modus operandi para frenar la publicación de notas periodísticas sobre el viaje y cerrar la causa judicial sin que se investigue.
“Muchachos les cuento: la fiscal federal de Bariloche bien, buena predisposición, me ofreció mandar la causa a Py o en su defecto pedir o que aportemos nosotros o ella pedir a la empresa las facturas del vuelo y eventualmente del hospedaje con los denunciados (…) y en base a eso cerrarla, así que si están de acuerdo avanzo en alguna de estas opciones”, dice el fiscal porteño Juan Bautista Mahiques (hijo del juez Carlos Mahiques, presidente de la sala II de Casación Penal).
Para frenar las notas periodísticas, especulan con informar a determinados periodistas sobre la gravedad de haber sido espiados y haberse filtrado la información sobre el viaje, como una amenaza velada ante su publicación.