Voldemort nació en julio de 2016, hijo de los osos pardo Rita y Kodak. Este último, además de ser su padre, es su hermano.
Enzo Cravero, máxima autoridad del Parque de la Biodiversidad, dijo que, según explicaron los cuidadores iniciales de Voldemort, él no podía convivir con su padre por peleas entre ellos.
Debido a esto, Voldemort fue separado a los pocos meses de vida, y desde ese momento reside en solitario en la misma jaula.
Dicha jaula, donde antes vivía el mono Silvio, nunca cumplió con los requerimientos de un animal de su especie. Durante sus primeros cinco años de vida, Voldemort sólo tuvo acceso a una pequeña pileta que le permitía mojar sus pies dentro del mismo recinto. Hasta ese entonces, nunca había conocido la tierra.
Desde que el oso está bajo la gestión municipal del ente BioCórdoba, su condición de vida sólo tuvo dos cambios: agrandaron la “pileta” para que pudiera sentarse en ella y le proporcionaron un balde con tierra.
En la actualidad, la situación del oso Voldemort está lejos de ser digna. Según explicó al matutino La Voz del Interior Virginia Chort, vocera del Maca, “el oso se muerde los brazos y se empieza a golpear la cabeza contra los barrotes. Esto se llama zoocosis, un síndrome producto del cautiverio”.
Esta situación ya había sido alertada hace cuatro años, en 2018, por la médica veterinaria Susana Avellaneda, cuando se denunció al zoológico de Córdoba por “sufrimiento innecesario”.
En ese momento, el documento presentado indicó que había animales con zoocosis, es decir, individuos que sufrieron daños mentales debido al cautiverio, desarrollando comportamientos repetitivos y estereotipados e incluso incurriendo en la automutilación.
Respecto de Voldemort, el informe realizado por la veterinaria apuntaba que “presenta movimientos estereotipados recorriendo el frente de la jaula y mordiéndose el antebrazo, el pelo está algo opaco y levantado por mechones. Esto es zoocosis”.