Las autoridades elevaron anoche a 34 la cifra de muertes como consecuencia de la tormenta invernal que azota Estados Unidos, la más feroz en décadas, y decena de miles de hogares quedaron sin electricidad tras cuatro días de vientos polares que azotan el centro y el este del país.
El mayor número de muertes fueron reportadas en el estado de Nueva York, ya que al menos doce personas fallecieron por la ola de nieve, informó la agencia Europa Press.
El alcance de la tormenta no tiene precedentes, y afecta zonas del medio-oeste y este de Estados Unidos, según la cadena CBS.
Millones de personas se refugiaron del frío durante la noche y la madrugada. Sin embargo, la tormenta atrapó a algunos residentes dentro de sus viviendas por las acumulaciones de nieve.
Asimismo, el temporal dejó sin electricidad a millones de ciudadanos.
Casi 1,7 millones de clientes en todo el país llegaron a quedarse sin electricidad el fin de semana, de acuerdo con el sitio Poweroutage.us.
Unos 153.000 abonados seguían esta tarde sin energía eléctrica.
Los estados más afectados fueron Maine, Nueva York, Virginia, Washington y Vermont, según la agencia AFP.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, afirmó que es la tormenta «más devastadora» en la Historia de Búfalo, donde cayeron cerca de 100 centímetros de nieve.
«No puedo exagerar lo peligrosas que siguen siendo las condiciones», precisó Hochul, instando a los vecinos a mantenerse alejados de las carreteras en Navidad.
Pese a que las condiciones meteorológicas mejoraron durante la jornada, más de 55 millones de personas están bajo alerta de bajas temperaturas, siendo el 25 de diciembre más frío desde 1983 para ciudades como Miami, Tampa, Orlando y West Palm Beach.
El clima extremo, con nevadas y temperaturas de hasta 48 grados bajo cero, provocó la cancelación de miles de vuelos y volvió intransitables muchas carreteras en la ajetreada temporada de viajes por las fiestas de fin de año.
En la víspera de Navidad, fueron cancelados más de 3.000 vuelos, y hoy 2.000.
El NWS dijo que las temperaturas en el centro y este de Estados Unidos deberían volver «a las normas estacionales a mediados de la próxima semana».
Desde la tarde del viernes, la tormenta se convirtió en una «bomba de baja presión»: un choque entre dos masas de aire, una muy fría del Ártico y otra tropical del Golfo de México.
Las bombas de baja presión pueden producir fuertes lluvias o nevadas, inundaciones costeras y vientos huracanados.
El hielo en las carreteras también llevó al cierre temporal de algunas de las rutas más concurridas del país, incluida la Interestatal 70, que atraviesa buena parte de Estados Unidos de este a oeste.
Ciudades como Denver o Chicago abrieron refugios para acomodar a las personas sin hogar y protegerlas del riesgo de hipotermia.
Canadá también estaba afectado por la tormenta y todas las provincias tenían alertas meteorológicas.
Cientos de miles de personas se quedaron sin electricidad en Ontario y Quebec, y los aeropuertos de Vancouver, Toronto y Montreal sufrieron cancelaciones de vuelos.
En la provincia de Columbia Británica, las autoridades dijeron que al menos cuatro personas murieron y 53 resultaron heridas en un accidente de autobús el sábado por la noche, a unos 330 kilómetros al este de Vancouver, en principio debido a las malas condiciones climáticas.