La vicepresidenta Cristina Kirchner pidió hoy la detención de los integrantes del grupo Revolución Federal Jhonatan Morel, Leonardo Sosa y Gastón Guerra, al asegurar que ellos querían contratar un sicario y vincularlos con aquel otro grupo que atentó contra su vida el pasado 1 de septiembre.
El escrito presentado por Juan Manuel Ubeira, abogado de Cristina Kirchner, solicita las detenciones en base a nueva prueba incorporada y de los mensajes de texto encontrados en los celulares de esos imputados, investigados por amenazas a la vicepresidente en una causa que llevan adelante el fiscal Gerardo Pollicita y el juez Marcelo Martínez de Giorgi.
Según argumentaron, su vecina del departamento de Recoleta, Ximena Mézanos Pinto, mantenía comunicación con Guerra y le informaba sobre sus movimientos diarios.
Ahí es donde encuentra la Vicepresidenta el primer elemento de contacto entre los de Revolución Federal y el grupo que atentó contra su vida.
«Las fechas en las que Guerra, al que también se sumó Sosa, estuvo en el domicilio de De Tezanos Pinto coinciden con el momento en el que Sabag Montiel y Brenda Uliarte estaban en las inmediaciones de Juncal y Uruguay esperando el momento preciso para atentar», sostuvo.
Montiel y Uliarte están con prisión preventiva por ser los autores del atentado a la vicepresidenta, causa que está en otro juzgado y delegada en el fiscal Carlos Rívolo.
«Lo que vemos, entonces, es que De Tezanos Pinto recibió en su casa a dos personas que estaban decididas a matar a Cristina Fernández de Kirchner. Así como De Tezanos Pinto comenzó a mostrarse amable mediáticamente, Guerra se ganó la amistad de las personas del edificio para ingresar sin problema», sostuvo la querella.
En ese sentido, la querella sostiene que tal vez «el sicario» contratado por Revolución Federal fue Sabag Montiel y sobre el financiamiento establece sospechas sobre 50 mil dólares en poder de Guerra y los 15 millones de pesos que recibió Morel por supuestos trabajados de carpintería pagados por la familia de Nicolás Caputo, ex ministro de Mauricio Macri.
«En total, más de 100.000 dólares que bien podrían haber sido parte de ´la vaquita´, resumió Cristina Kirchner en el escrito.
Revolución Federal quería, y tal vez contrató, un sicario para asesinarla; Morel explicó en Twitter Spaces como matarla; Guerra y Sosa realizaron tareas de inteligencia en su edificio; otras personas ya habían hablado de entrar a su vivienda y pegarle un tiro», añadió.
Para la querella, «Revolución Federal contó con un caudal multimillonario de dinero proveniente del Caputo Hermanos S.A» que le pagó para hacer unos muebles para una vivienda en Neuquén.
Las pruebas solicitadas por la vicepresidenta van desde el análisis del teléfono de su vecina a la citación a indagatoria de Roxana Caputo por ser supuesta fuente de financiamiento del grupo Revolución Federal.
El hilo de CFK ante el pedido de detención
Ante la prueba incorporada el pasado 19 de diciembre a la causa que investiga al grupo autodenominado “Revolución Federal”, mis abogados acaban de pedir nuevas medidas de prueba y la detención de Morel, Sosa y Guerra.https://t.co/2SqMJt6eCl
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) December 28, 2022
De las conversaciones descubiertas entre estos integrantes de Revolución Federal surge que planeaban juntar dinero para contratar un sicario… El dinero se encontró y el sicario está preso.
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) December 28, 2022
¿Qué más necesitarán Bruglia, Bertuzzi y Llorens para unificar causas y detener a todos los responsables? ¿Que me maten? En ese caso ya todos y todas sabrán que, además de quien empuñe el arma, habrá otros responsables. pic.twitter.com/DPazEZrCJF
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) December 28, 2022