A pesar de que en la actualidad múltiples estudios científicos sostienen que consumir menos carne roja o procesada trae un gran beneficio para el organismo, la revista especializada “Annals of Internal Medicine” publicó una nueva meta-revisión de cientos estudios que declaró todo lo contrario: la reducción de la carne no genera ningún impacto relevante en el ámbito de la salud. Este escrito desmiente incluso a la Organización Mundial de la Salud, quien había calificado este alimento como “potencialmente carcinógeno”, teoría que causó fuertes críticas a nivel mundial.
Los informes se realizaron luego de tres años de trabajo por parte de 14 investigadores en siete países, liderados por Bradley Johnston, epidemiólogo de la Universidad Dalhousie de Canadá, quien se encargó de publicar los reportes al medio. Los científicos llegaron a una serie de conclusiones controversiales. Primero, sostuvieron que hay una carencia de pruebas en la relación causa-efecto entre el consumo de estos alimentos y el aumento de la mortalidad. También afirmaron que la disminución de comer carne no ocasiona una mejor salud. Por último, plantearon que establecer restricciones en la dieta teniendo en cuenta lo anterior no es una prioridad.
De esta manera, el equipo propuso que los adultos continúen con su alimentación diaria de carne roja procesada. A su vez, en cuanto a los daños y ventajas del consumo de carne roja sin procesar, indicaron lo siguiente: “Encontramos evidencia de certeza baja a muy baja de que las dietas reducidas en carnes rojas sin procesar pueden tener poco o ningún efecto sobre el riesgo de resultados cardiometabólicos importantes y mortalidad e incidencia de cáncer”. Los aspectos positivos de comer menos carne vacuna y porcina son mínimos, según señalaron los expertos. La realidad, es que los beneficios son tan pequeños que se pueden evidenciar solamente apuntando a grandes poblaciones y no son suficientes como para decirles a los individuos que modifiquen sus hábitos de comer carne.
Por otro lado, la corporación analizó estudios que investigaban si el consumo de carne roja o carnes procesadas aumentaban el riesgo de enfermedades cardiovasculares o cáncer. Los profesionales revisaron 61 artículos con información de 55 poblaciones y más de 4 millones de personas. Además, observaron ensayos que relacionaban la carne roja con cáncer y enfermedades cardiovasculares, así como 73 artículos que vinculaban el alimento, con la incidencia de carcinoma y muerte. Tras ejecutar un profundo examen de cada estudio dedujeron que la conexión de carne roja, enfermedades y mortalidad eran menores de las pensadas.