Rusia bombardeó ayer la capital ucraniana a plena luz del día, pocas horas después de que Kiev recibiera un ataque récord con 40 drones bomba, mientras Shebekino y varias otras aldeas en la provincia rusa de Belgorod estuvieron bajo intenso fuego de artillería ucraniana.
Varias poderosas explosiones se escucharon en Kiev durante el ataque masivo del que por ahora se informó de una persona herida, según escribió el alcalde capitalino, Vitali Klitschko. “Los médicos hospitalizaron a una persona herida en el distrito Podilski de la capital”, señaló Klitschko.
Por otra parte, varios fragmentos de misil cayeron en distintos distritos capitalinos, como Obolonski, donde fueron hallados cerca de una gasolinera, Desnianski y Dniprovski, donde fueron encontrados en un parque. El del domingo fue el peor ataque en intensidad, pero no en daños, ya que los sistemas antiaéreos entregados por los aliados occidentales de Kiev, que protegen la capital, alcanzaron un nivel de eficacia muy alto, aseguran las autoridades militares.
De los 59 drones disparados contra objetivos urbanos en todo el país, la Fuerza Aérea aseguró haber derribado 58. En otra tanda de bombardeos anoche en el oeste del país, las autoridades ucranianas admitieron que los ataques alcanzaron una instalación militar en la región de Jmelnitski, según una de sus escasas declaraciones sobre blancos militares impactados. A contramano de la versión ucraniana, Rusia aseguró haber bombardeado anoche “aeródromos” en Ucrania y “destruido” todos los objetivos.
Por otro lado, los diputados del Parlamento ucraniano aprobaron ayer una ley para imponer sanciones contra Irán, al que acusan de suministrar armas a Rusia para reforzar su invasión a Ucrania. “Esta resolución sincroniza las sanciones ucranianas con las acciones del mundo civilizado con la idea de aislar totalmente a Irán”, indicó el Parlamento en un comunicado.