Varias ciudades de Francia fueron escenario ayer, por segunda noche consecutiva, de disturbios en protesta por la muerte de un joven de 17 años baleado en un control policial, pese a los llamados a la calma por parte del gobierno.
En Nanterre, a 15 kilómetros al oeste de París, donde el muchacho fue asesinado el martes, se reprodujeron los incidentes pese al anunciado despliegue de unos 2.000 efectivos antimotines.
Los manifestantes levantaron varias barricadas y quemaron más de una decena de vehículos, así como mobiliario urbano, y la policía detuvo al menos a 77 personas en París y sus alrededores.
Asimismo, los disturbios se extendieron por segunda noche consecutiva a otras zonas del país, tales como Lyon, en el este; Toulouse, en el sudoeste, y Lille, en el norte.
Por otro lado, el Ejército de Francia desplegará durante en las próximas semanas casi una veintena de aviones en la región del el Indopacífico, incluidos 10 cazas Rafale, como parte de un ejercicio militar que se extenderá hasta el 3 de agosto y que busca equilibrar fuerzas de cara a los desafíos que representa Beijing en la zona.
La misión, llamada Pegase 23, está compuesta por cerca de 320 aviadores que ya hicieron, hasta el miércoles, unas primeras maniobras en el mar Arábigo con 19 aviones apoyados por las Fuerzas Aéreas francesas en Emiratos Árabes Unidos.