Más de 1.300 personas fueron detenidas en Francia durante una cuarta noche de disturbios mientras familiares y amigos de Nahel M, cuya muerte a disparos por la policía desató los disturbios, se reunieron el sábado para el funeral del adolescente en el suburbio de París donde falleció.
El Gobierno desplegó 45.000 policías y varios vehículos blindados durante la noche para hacer frente a la peor crisis del liderazgo del presidente Emmanuel Macron desde las protestas de los «chalecos amarillos» que paralizaron gran parte de Francia a finales de 2018.
El Ministerio del Interior dijo en Twitter que 1.311 personas habían sido detenidas, frente a las 875 de la noche anterior, aunque la violencia fue «menor en intensidad».
Nahel, un joven de 17 años de ascendencia argelina y marroquí, recibió un disparo de un agente de policía durante un control de tráfico el martes en el suburbio parisino de Nanterre, donde los autobuses estaban detenidos y la zona tranquila en una húmeda mañana de sábado después de más disturbios durante la noche.
Varios centenares de personas hacían cola para entrar en la gran mezquita de Nanterre, custodiada por voluntarios con chalecos amarillos, mientras unas decenas de transeúntes observaban desde el otro lado de la calle.
Salsabil, una joven de origen árabe, expresó que había venido a expresar su apoyo a la familia. «Creo que es importante que todos estemos juntos», afirmó a Reuters.
Marie, de 60 años, aseguró que había vivido en Nanterre durante 50 años y que siempre había habido problemas con la policía. «Esto tiene que acabar. El gobierno está completamente desconectado de nuestra realidad», afirmó.
El tiroteo contra el adolescente, grabado en video, reavivó las antiguas quejas de las comunidades urbanas pobres y racialmente mixtas sobre la violencia policial y el racismo. Macron había negado que hubiera racismo sistémico en las fuerzas del orden francesas.
«Si tienes el color de piel equivocado, la policía es mucho más peligrosa para ti», aseguró un joven, que declinó ser nombrado, añadiendo que era amigo de Nahel.
Tiendas saqueadas
Desde el comienzo de los disturbios, que se han extendido a ciudades como Marsella, Lyon, Toulouse, Estrasburgo y Lille, se saquearon decenas de comercios e incendiado 2.000 vehículos.
Más de 200 policías han resultado heridos, según el ministro del Interior, Gerald Darmanin, que añadió que la edad promedio de los detenidos era de 17 años.
Entre las detenciones del viernes por la noche se encontraban 80 personas en Marsella, donde viven muchos de ascendencia norteafricana.
Imágenes en las redes sociales mostraban una explosión que sacudió la zona del puerto viejo de la ciudad meridional, pero no se informó de víctimas.
Los alborotadores de la segunda ciudad más grande de Francia saquearon una armería y robaron rifles de caza, pero no munición, según la policía.
El alcalde, Benoit Payan, pidió al gobierno que enviara tropas adicionales para hacer frente al «pillaje y la violencia» en Marsella, donde tres policías resultaron heridos leves el sábado.
En Lyon, la tercera ciudad más grande de Francia, la policía desplegó vehículos blindados y un helicóptero, mientras que en París desalojó a los manifestantes de la plaza de la Concordia. El alcalde de Lyon, Gregory Doucet, también pidió refuerzos.
Darmanin había pedido a las autoridades locales que detuvieran el funcionamiento de autobuses y tranvías, mientras que Macron instó a los padres a mantener a los niños en casa.
Los disturbios revivieron el recuerdo de los que se produjeron en todo el país en 2005 y que obligaron al entonces presidente Jacques Chirac a declarar el estado de emergencia, tras la muerte de dos jóvenes electrocutados en una subestación eléctrica mientras se escondían de la policía.
Los jugadores de la selección nacional de fútbol emitieron un inusual comunicado llamando a la calma. «La violencia debe cesar para dejar paso al luto, el diálogo y la reconstrucción», afirmaron en la cuenta de Instagram de su estrella, Kylian Mbappé.
Reunión de crisis
Macron abandonó el viernes temprano una cumbre de la Unión Europea en Bruselas para asistir a una segunda reunión de crisis del gabinete en dos días y pidió a las redes sociales que eliminen las imágenes «más sensibles» de los disturbios y revelen las identidades de los usuarios que fomentan la violencia.
Los videos difundidos en las redes sociales mostraban paisajes urbanos en llamas. Un tranvía fue incendiado en la ciudad oriental de Lyon y 12 autobuses ardieron en un depósito de Aubervilliers, al norte de París.
Darmanin se reunió con representantes de Meta, Twitter, Snapchat y TikTok. Snapchat dijo que tenía tolerancia cero con los contenidos que promovieran la violencia.
El policía que, según los fiscales, reconoció haber efectuado un disparo mortal contra Nahel se encuentra en prisión preventiva bajo investigación formal por homicidio voluntario.
Su abogado, Laurent-Franck Lienard, señaló que su cliente había apuntado a la pierna del conductor, pero que fue golpeado cuando el coche arrancó, lo que le hizo disparar hacia el pecho. «Evidentemente (el agente) no quería matar al conductor», declaró Lienard en BFM TV.