El presidente estadounidense, Joe Biden, instó ayer al Gobierno israelí del conservador Benjamin Netanyahu a no “precipitarse” con las reformas del sistema judicial que desataron manifestaciones multitudinarias en los últimos meses.
En una crítica inusualmente directa a la política interna de uno de los más estrechos aliados de Estados Unidos, Biden expresó a Thomas Friedman, un columnista del New York Times, que el primer ministro Netanyahu debería actuar con cautela.
“Obviamente, se trata de un ámbito en el que los israelíes tienen opiniones muy firmes, incluso con un movimiento de protesta que está demostrando la vitalidad de la democracia israelí, que debe seguir siendo el núcleo de nuestra relación bilateral”, dijo Biden.
“Hallar consenso en áreas políticas polémicas significa tomarse el tiempo necesario. Para cambios significativos eso es esencial. Así que mi recomendación a los líderes israelíes es que no se precipiten”, añadió el mandatario demócrata.
El Gobierno de coalición de ultraderecha de Netanyahu intentó reducir el poder judicial y su propuesta de ley ya avanzó en el Parlamento. Las propuestas dividieron a la sociedad israelí y desencadenaron uno de los mayores movimientos de protesta de la historia del país de Medio Oriente, con miles de manifestantes de nuevo en las calles esta semana para protestar en contra de lo que consideran un ataque a la democracia.
El presidente israelí, Isaac Herzog, con un papel principalmente protocolar, pero con antecedentes de más conciliador que Netanyahu, se reunió con Biden el martes y ayer pronunció un discurso ante el Congreso estadounidense, que fue boicoteado por algunos diputados demócratas que se oponen a las políticas de Israel contra Palestina.
En ese marco, Herzog advirtió del peligro de que las críticas al gobierno deriven en antisemitismo. “No soy ajeno a las críticas entre amigos, incluidas algunas expresadas por miembros respetados de esta Cámara. Respeto las críticas, especialmente de los amigos, aunque no siempre hay que aceptarlas”, dijo. Empero, sostuvo que “las críticas a Israel no deben cruzar la línea de la negación del derecho a existir del Estado de Israel”.