El presidente electo, Alberto Fernández, aseguró ayer que la solución a los problemas que surgieron por los compromisos crediticios asumidos con acreedores privados y organismos internacionales no es profundizar la deuda. De esta manera, deslizó la posibilidad de no pedirle al Fondo Monetario Internacional (FMI) los US$ 11.000 millones pendientes del acuerdo firmado con la administración saliente. “Si vos tenés un problema porque estás muy endeudado, creo que la solución no es seguir endeudándote”, remarcó el futuro jefe de Estado en declaraciones radiales.
Y si bien remarcó su voluntad de pagar las deudas que contrajo la Argentina, también sostuvo que necesitará tiempo para que el país se desarrolle y la economía se reactive. “Tenemos que volver a fabricar, tenemos que dar créditos, poner plata en el bolsillo de los jubilados para que la usen para lo que necesitan y no para comprar remedios”, explicó el líder del Frente de Todos a pocos días del cambio de Gobierno.
Cabe recordar que el FMI interrumpió los desembolsos programados en el marco del auxilio financiero en septiembre pasado. La decisión se tomó ante la incertidumbre que generaba el resultado de las elecciones generales. Tras el triunfo del Frente de Todos, Fernández y la titular del FMI, Kristalina Georgieva, mantuvieron una conversación telefónica.
Durante el diálogo, el ex jefe de Gabinete le manifestó que no existe margen para profundizar el ajuste que lanzó la actual administración nacional. “Se ajustó tanto que se dejaron de dar vacunas. Se lo dije a la directora del Fondo, en Argentina reaparecieron enfermedades porque se dejaron de dar vacunas, sarampión, varicela, tuberculosis”, afirmó Fernández.
Durante la campaña electoral, el peronista remarcó la necesidad de negociar plazos de pago más flexibles tanto con acreedores privados como con el FMI, sin quitas sobre el capital ni lo intereses. Y días atrás manifestó que las negociaciones “están avanzando más rápido de lo que los medios creen”.
Finalmente, según medio bonaerenses, Fernández le ordenará a su equipo económico que, durante el tiempo que duren las conversaciones con los acreedores (que deberían estar cerradas para abril de 2020), se cumplan con todos los vencimientos de deuda. De esta manera, el próximo Gobierno evitaría el default hasta que se llegue a un acuerdo con los tenedores de deuda privada local e internacional, junto con el FMI.
No obstante, a partir de abril comienzan a acelerarse los vencimientos. Según el cronograma oficial, en el cuarto mes del próximo año vencen US$ 2.890 millones. Para esa época, se habrían utilizado casi el 75% de las reservas, y el dinero disponible en el Banco Central de la República Argentina habrá ingresado en zona roja.
Lacunza dijo que deja una “siembra positiva”
El ministro de Hacienda de la Nación, Hernán Lacunza, aseguró ayer que existe una “siembra positiva” en términos de herencia económica e incluso lanzó una serie de recomendaciones para el futuro Gobierno en el marco de las negociaciones con el FMI. “Estamos llegando a un equilibrio en el que la deuda no va a crecer. Entonces, en términos de herencia, tenemos una siembra positiva”, sostuvo el funcionario.
Además, recomendó a Fernández que, al momento de renegociar la deuda pública, haga “más hincapié en los plazos que en los montos”. Finalmente, intentó justificar las decisiones económicas que tomó el gobierno nacional y que derivaron en la fuerte crisis que atraviesa el país. “Nosotros tuvimos una subestimación inicial de la herencia recibida. Hubo condiciones que empeoraron el mundo y un poco de mala suerte”, explicó el funcionario. “El problema empezó en abril del 2018, cuando el tipo de cambio estaba desalineado”, finalizó.