El senador nacional de Juntos por el Cambio, Luis Juez, ofició ayer de anfitrión en el nuevo desembarco en nuestra ciudad de la candidata presidencial del mismo espacio, Patricia Bullrich.
Tras participar de la disertación que la ex ministra de Seguridad de la Nación concretó en el hotel Quinto Centenario –organizada por la Fundación Mediterránea- donde oficializó a Carlos Melconian como su potencial ministro de Economía, Juez destacó que “la incorporación del plan económico de la Mediterránea a JxC es un salto de calidad, porque ese tema está estudiado, porque tiene que ver con lo que dicen los empresarios, los productores agropecuarios, las pymes cordobesas, y el tema impositivo. Cada uno de los temas son temas profundamente estudiados por los técnicos de cada una de las empresas”.
“No es el pensamiento de un iluminado que te dice la Argentina va a salir para tal lado o para tal otro, porque tenemos que hacer tal cosa. Éste es un salto de calidad, lo digo conociendo un lugar al que a mí siempre me ha costado entrar, porque son jodidos examinadores”, evaluó.
En tanto, al hacer mención a los desafíos que se le presentan a JxC con miras a las elecciones nacionales de octubre, Juez dijo que “a esto hay que vivirlo como un partido de dos tiempos. Nuestro primer tiempo es concentrarnos en entrar al ballottage. Entonces, cada dirigente, cada vecino, cada argentino que alguna vez haya votado Juntos por el Cambio, nos tiene que dar la oportunidad para que después en la segunda vuelta podamos mano a mano discutir con quien nos toque, que seguramente va a ser (Javier) Milei, explicar con claridad” las propuestas.
Y para marcar diferencias con el postulante presidencial de La Libertad Avanza afirmó: “No es con un cartucho de dinamita ni con una motosierra como se resuelven los problemas en la Argentina. No es buscando atajos, no es la forma decir, bueno, que se pudra todo. Ningún país salió de sus profundas crisis con el argumento de que se pudra todo. Hay que sentarse, dar el debate, ordenar, combatir la corrupción”, repasó el senador.
Por último, Juez recalcó que “a mí no me van a correr con el tema de la casta. No debe haber un dirigente en Córdoba que haya enfrentado más a los círculos concentrados del poder y la política vernácula como yo”.
Los 806.541 votos que sacó Juntos por el Cambio con su candidatura a gobernador en Córdoba el pasado 25 de junio son el principal capital político desde el que Luis Juez observa con atención cómo empiezan a moverse algunos socios dentro del arco aliancista. Según entienden en el juecismo puro, con varios que “están ansiosos” y más preparados para el escenario de diciembre que preocupados por forzar el balotaje que deje mano a mano a Patricia Bullrich con Javier Milei en las elecciones nacionales.
“Está concentrado, con la cabeza en el Senado, enojado porque Cristina (Fernández de Kirchner) sigue pisando la agenda y consciente que hoy el barco es Juntos por el Cambio”, sintetizó ayer a Alfil uno de sus más estrechos colaboradores. En la mesa chica de Juez están enfocados en que el líder del Frente Cívico recupere la iniciativa, acapare buena parte de la nueva narrativa de Juntos en los principales medios porteños y después barajar para pensar en lo que viene.
Ahí, con la mirada de reojo en ese futuro no tan lejano, Juez advierte apuro en algunos radicales. La elección del domingo pasado en Río Tercero que terminó con triunfo y reelección de Marcos Ferrer fue una muestra de ello tuvo dos detalles clave: la ausencia de Marcos Carasso, el actual presidente de la UCR en los festejos, aunque hubo un saludo suyo por redes; y la inacción total de Juez sobre la victoria cambiemita. Con una ausencia física y en el plano virtual, a pesar de que en el juecismo insisten con que hubo un llamado telefónico a Ferrer, quien en las horas posteriores a la celebración habló de renovar el radicalismo y del crecimiento del partido en intendencias y en la Unicameral.
Ese músculo que intentó mostrar Ferrer generó algunas alertas en el juecismo que ayer fueron reconocidas a este diario. “Piensan en los legisladores que entraron y cuántos de esos famosos 33 son radicales, de distintos núcleos, de los intendentes… pero resulta que el que iba arriba en la boleta era Juez”, razonaron desde el Frente Cívico.
Misma mirada que comparten otros socios en la previa de la visita de Bullrich a Córdoba. En una escala que tendrá, además de la bendición y presentación oficial del economista Carlos Melconian en el Quinto Centenario y ante la Fundación Mediterránea, la bajada de línea más importante para una campaña que necesita rediseñar la hoja de ruta.
En el PRO también advirtieron que la candidata a presidenta en la noche de los festejos de Río Tercero salió por Zoom y con pantalla bloqueada. A diferencia de otras victorias donde hubo mensaje grabado o videollamada, acá fue distinto; y más de uno reparó en la presencia en el escenario de Rodrigo de Loredo, Emiliano Yacobitti y Daniel Angelici. Con el primero, aún está enojada porque en las Paso jugó deliberadamente con Horacio Rodríguez Larreta después que ella lo acompañó en su aventura por la intendencia; y los otros dos son enemigos públicos declarados del expresidente Mauricio Macri. Hoy, su principal sostén.
Juez observa todo y sigue soportando su propia mesura. Argumenta todo con octubre, su caudal de votos y observa la interna radical un poco más distante que hace unos meses, pero con la misma salvedad que en aquel momento: él negoció y acordó con todo el radicalismo a través del sello, no con ningún núcleo en particular.
Ese reiterado razonamiento del juecismo anima a pensar que el senador estará atento a la interna radical en los próximos meses y a lo que puedan hacer aquellos que desafían la potestad de sello que hoy tiene Carasso. Un articulador clave para el respaldo radical a Juez en las elecciones de junio y quien fue compensado con su candidatura a vicegobernador.
Por debajo del difícil convencimiento epidérmico de pelear por la candidatura de Bullrich, la alianza cuece su eterna interna. Y el capítulo Córdoba arrastra una desconfianza que comenzó con el armado de listas provinciales, se trasladó a la de la intendencia, repercutió en ambas campañas y tuvo su punto más complejo con la fiscalización y el resultado de las Paso. Así vive JpC una visita de Bullrich que algunos esperaban en otro clima.