La investidura de Alberto Núñez Feijóo, del Partido Popular (PP), en España, comenzó el pasado martes, pero a menos que ocurra un cambio inesperado parece improbable que tenga éxito. Para ser investido necesitaba obtener una mayoría absoluta de 176 votos, lo que no logró el miércoles, aunque quedó habilitado para volver a intentarlo en 48 horas, y ser votado por mayoría simple. Sin embargo, es altamente probable que Feijóo no tenga éxito en esta empresa, a pesar de haber sido el candidato individualmente más votado en las últimas elecciones generales del 23 de julio pasado.
En el caso de un fracaso por parte de Feijóo, el rey -jefe del Estado- convocará a una nueva ronda de consultas, y se presentará para la investidura el segundo candidato más votado en los comicios, que es el socialista Pedro Sánchez.
Si ningún candidato logra ser investido en un plazo de dos meses, los órganos de representación se disolverán automáticamente, lo que llevaría a la convocatoria de nuevas elecciones, programadas para el 14 de enero en este escenario. Sin embargo, parece que Sánchez tiene buenas posibilidades de ser investido como presidente. La duda spolo es cuándo ocurrirá, pero se espera que sea en la penúltima o última semana de octubre.
¿Qué necesita Sánchez para mantenerse al frente de La Moncloa? Para lograr una mayoría absoluta, requerirá los votos de los independentistas de Junts per Catalunya, y de la Coalición Canaria. En cambio, para obtener una mayoría simple, sólo necesitará la abstención de Junts per Catalunya y el voto afirmativo de los representantes canarios. Actualmente, esta última opción parece ser la más probable.
El Congreso surgido tras las elecciones quedó compuesto de tal manera que el armado de alianzas improbables y de pactos complicados para formar gobierno es la norma. Incluso, la posibilidad de que se vuelvan a repetir las elecciones, aunque improbable, existe.
De acuerdo con Sánchez y sus voceros, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha logrado los acuerdos y votos necesarios para quedarse con la presidencia, no obstante esto aún no está claro para nada. Al Congreso, que se constituyó el pasado 17 de agosto, lo preside la diputada socialista Francina Armengol, que fue elegida por mayoría absoluta, y ahora tendrá que informar al rey de los posibles candidatos y los próximos pasos a seguir. La conformación de alianzas de cara a lograr erigir un nuevo gobierno es compleja y se parece bastante a un partido de ajedrez, o, más bien, a un rompecabezas: Sánchez buscará nuclear a las fuerzas políticas de izquierda y progresistas, pero, además, necesita de los pequeños partidos nacionalistas y regionalistas, que tienen representación parlamentaria y son fundamentales para la investidura, lo que les otorga un poder considerable de negociación.
Feijóo consiguió 172 votos, además de los de su partido (137), también contó con los ultras de Vox (33), los de Unión del Pueblo Canario (1) y Coalición Canaria (1). Sánchez, por su parte, cuenta -en principio- con los 121 de su partido, más los 31 de la coalición progresista aliada Sumar, encabezada por Yolanda Díaz. De acuerdo con las estimaciones, conseguiría el resto de los 24 escaños restantes para la mayoría absoluta a través de socios históricos, como EH Bilud (6); el Partido Nacionalista Vasco (5); el Bloque Nacionalista Galego (1); y Esquerra Republicana de Catalunya (7).
El problema son los 7 asientos de Junts, que exigen, como condición para votar a Sánchez, la amnistía a los procesados por la intentona independentista catalana en 2017, entre ellos, Carles Puidgemont, quien ha dicho no sentirse “concernido” por lo que hagan o no sus aliados. La derecha se opone terminantemente a cualquier tipo de pacto por la amnistía, y Sánchez se encuentra en una encrucijada, ya que no es tampoco tan popular entre la mayoría de los españoles.
La otra opción que le queda es ir por la mayoría simple, pero para ello necesitaría la abstención de Junts y el voto de Coalición Canaria, algo que también puede suceder.
Por su parte, el presidente de la Generalitat catalana, Pere Aragonès, ha afirmado que está seguro de poder recibir durante los próximos meses a Puigdemont, a la secretaria general de Esquerra Republicana de Catalunya, Marta Rovira, y al “resto de exiliados”, ya que, para él, la amnistía es “inevitable”. Al respecto, Sánchez ha dicho que espera “pasar página”, al tiempo que apuesta por la “convivencia, la concordia y el reencuentro” con Cataluña.
Sánchez se mostró muy confiado respecto de su futura investidura; al mismo tiempo, criticó al PP y a Vox, asegurando que, con un gobierno de la oposición peligra la igualdad entre hombres y mujeres en España.
Lo cierto es que Sánchez logró, en las elecciones de julio, un resultado que parecía imposible apenas un mes antes, cuando tuvo que adelantar los comicios por una dura derrota en las regionales.
Todo indica que podrá formar nuevo gobierno, lo que sería una nueva hazaña política de un hombre que ha demostrado tener una capacidad casi inagotable para ellas.