La Cámara de Representantes de Estados Unidos destituyó el martes, en una decisión sin precedente en la historia del país, a su presidente, el republicano Kevin McCarthy, e ingresó en un período provisional en el que solo podrá adoptar medidas administrativas pero no legislativas.
Por primera vez en sus 234 años de historia, la Cámara baja resolvió “dejar vacante el cargo de presidente”, con 216 votos a favor y 210 en contra, y como consecuencia de la iniciativa de un legislador del ala dura del propio Partido Republicano. De ese modo, quedó el terreno libre para una inédita contienda destinada a suceder a McCarthy un año antes de las próximas elecciones.
En ese marco, el legislador republicano Jim Jordan, un aliado del ex presidente Donald Trump, fue el primero en postularse. Ante la consulta de la prensa de si pensaba presentarse, el representante de Ohio respondió que sí. “Tenemos que unir a la conferencia”, dijo Jordan, en referencia al grupo de republicanos de la cámara baja que debe elegir a su presidente, después de reunirse con el líder de la mayoría republicana, Steve Scalise, otro posible candidato para el puesto, al que le comunicó su decisión.
“Ahora es el momento de que nuestra conferencia republicana se una para cumplir nuestras promesas a los estadounidenses. Los problemas a los que nos enfrentamos son desafiantes, pero no insuperables. Podemos centrarnos en los cambios que mejoran el país y unirnos para ofrecer soluciones reales”, escribió en una carta a sus colegas republicanos en la que les pidió su apoyo y destacó su trabajo al frente del Comité Judicial de la cámara.
Por su parte, Trump descartó por el momento convertirse él en presidente de la Cámara de Representantes, después de que varios republicanos propusieran su nombre. “Mucha gente me ha estado llamando sobre el (puesto) de presidente (de la cámara), todo lo que puedo decir es que haremos lo que sea mejor para el país y para el Partido Republicano”, dijo.
Trabajadores de salud iniciaron una huelga
Más de 75.000 empleados del proveedor de servicios de salud Kaiser Permanente iniciaron una de las mayores huelgas del sector en la historia reciente de Estados Unidos, tras no conseguir acuerdo en una disputa en torno a los salarios y tercerización de tareas, entre otros asuntos.
La huelga arrancó ayer en puntos del estado de Virginia y en el Distrito de Columbia y se espera que se extienda a la costa oeste, donde está la mayor parte de la fuerza laboral de la compañía.
La Coalición de Sindicatos de Kaiser Permanente, que representa a los sindicatos locales, había prometido el mes pasado que sería “la mayor huelga de trabajadores de la salud en la historia de Estados Unidos” y amenazó con hacer más huelgas en noviembre “si Kaiser continúa cometiendo prácticas laborales injustas”.
El sindicato pide aumentos salariales en todos los niveles y protección contra la tercerización y la subcontratación de mano de obra, entre otras exigencias.