La 38ª edición del Festival Internacional de Cine que comienza este jueves en Mar del Plata reflejará, como pocas veces, la coyuntura histórica que atraviesa el país, marcada a fuego por la crisis inflacionaria y el proceso electoral en curso, que abre un abismo de incertidumbre sobre el futuro colectivo. A 40 años del regreso de la democracia en Argentina, el festival enfrenta un desafío paradójico: celebrar la apuesta del Estado por una cultura libre, heterogénea y comunitaria que volvió a nacer en aquél lejano diciembre de 1983 con un presupuesto exiguo ante los costos que implica traer películas del exterior, que cotizan en dólares o en euros. Pero aun cuando sea una edición reducida en la cantidad de películas respecto a otros años –habrá alrededor de 120 filmes–, Mar del Plata promete honrar el título de ser la fiesta mayor del cine de la región, nuevamente bajo la conducción de Pablo Conde como director artístico y con una comunidad férreamente unida en la defensa del apoyo estatal al séptimo arte.
“Realizar un festival internacional requiere de la inversión de divisas. Para lo que puede pagarse en moneda nacional se deben cumplir trámites formales y previsiones casi imposibles con la alta inflación del presente. El Estado no puede pagar por adelantado y las públicas manifestaciones en torno al pretendido cierre del INCAA no resultan de ayuda al momento de atraer sponsors y co-contratistas”, admite incluso el presidente del festival, Fernando E. Juan Lima, en el catálogo del festival, donde destaca sin embargo que “así como debe evitar cualquier atisbo de partidismo, el festival se presenta con orgullo (y también) como una tribuna política. Y en ella reiteramos lo que entendemos como un consenso social respecto de lo inaceptable de cualquier forma de censura, así como reclamamos que se respete la manda constitucional que impone el apoyo al cine, la cultura nacional y la diversidad cultural”.
Así las cosas, el único festival “Clase A” de Latinoamérica comenzará oficialmente hoy a las 19:30 con la proyección de «Hombre de la esquina rosada» (Argentina, 1962), de René Mugica, película basada en un cuento de Jorge Luis Borges y restaurada digitalmente en 4K a partir de los negativos originales, una apuesta por destacar la relevancia histórica del cine nacional, que este año tendrá una presencia clave en el encuentro marplatense.
Las competencias
Hasta el 12 de noviembre próximo, el festival desplegará sus siete secciones competitivas oficiales: internacional, latinoamericana y argentina, divididas entre cortos y largometrajes, «Estados alterados» y «Work in Progress». La decisión confirma el compromiso de mantener el estándar de calidad que caracterizó históricamente a Mar del Plata pese a los desafíos reseñados. Su máxima vidriera, la Competencia Internacional, ofrecerá once títulos de nueve países, entre los que se destacan seis estrenos mundiales: las argentinas «Elena sabe» (Anahí Berneri), «Partió de mí un barco llevándome» (Cecilia Kang) y «Las almas» (Laura Basombrío); la peruana «Kinra» (Marco Panatonic); la portuguesa «UBU» (Paulo Abreu) y la española «Animal/Humano» (Alessandro Pugno), coproducción con Italia y México. A su vez, tendrán su estreno latinoamericano en la Competencia Internacional «Mimang» de Kim Taeyang (Corea del Sur), «Arthur & Diana» de Sara Summa (Alemania), «Seagrass» de Meredith Hama-Brown (Canadá), «LaRoy» de Shane Atkinson (Estados Unidos) y «No voy a pedirle a nadie que me crea» de Fernando Frías de la Parra (México y España).
A su vez, en la Competencia Latinoamericana, segunda en importancia, también se podrán ver esperados estrenos a nivel nacional, como “Crowrã de Renée Nader Messora” (Brasil, 2023), de João Salaviza, “El viento que arrasa” (Argentina, 2023), de Paula Hernández, y la cordobesa “Las cosas indefinidas” (Argentina, 2023), de María Aparicio, que viene de tener un importante recorrido internacional. A ellas se sumarán “El castillo” (Argentina, Francia, 2023), de Martín Benchimol, “El otro hijo” (Colombia, 2023), de Juan Sebastián Quebrada, “Llaki / Llaki” (Bolivia, 2023), de Diego Revollo, “Los colonos” (Chile, Argentina, Reino Unido, 2023), de Felipe Gálvez, “Otro sol” (Chile, 2023), de Francisco Rodríguez Teare, y “O dia que te conheci” (Brasil, 2023), de André Novais Oliveira, todas novedades para nuestro país.
La Competencia Argentina no se quedará atrás en las maravillas que promete con el regreso del director cordobés Germán Scelso, que estrenará “El empresario” (Argentina, 2023), así como también estarán el porteño Julián D’Angiolillo con “La gruta continua” (Argentina, Cuba, 2023), el santafecino Nicolás Herzog con “Elda y los monstruos” (Argentina, 2023) o la porteña Ingrid Pokropek, que presentará “Los tonos mayores” (Argentina, 2023). También se verán en la sección nacional “Adentro mío estoy bailando”, de Leandro Koch y Paloma Schachmann, “Alemania”, de María Zanetti, “Clara se pierde en el bosque”, de Camila Fabbri, “La mujer hormiga”, de Betania Cappato y Adrián Suárez, “Lagunas”, de Federico Cardone, “Lava 2 (el nuevo Show del Narciso)”, de Ayar Blasco, y “Vera y el placer de los otros”, de Romina Tamburello y Federico Actis.
Ya en la Competencia Estados Alterados hay estrenos de prominentes figuras del cine mundial, como el chino Wang Bing, que presentará “Youth” (Francia, Luxemburgo, Países Bajos, 2023), el reconocido filósofo y activista LGBTQ+ Paul B. Preciado que presenta “Orlando, My Political Biography” (Francia, 2023), o el argentino Eduardo Williams con “El auge del humano 3” (Argentina, Portugal, Países Bajos, 2023), entre varias otras películas que constituyen una invitación al descubrimiento y la maravilla.
Grandes directores del mundo
Que sea una edición austera no implica que Mar del Plata vaya a dejar de tener, en sus celebradas secciones paralelas, a los grandes nombres de la cinematografía mundial que durante el transcurso del año estrenaron sus películas en otros festivales del mundo. El encuentro volverá a ofrecer a sus asistentes la oportunidad de encontrarse con obras de autores contemporáneos que difícilmente podrán verse en estas condiciones en otros cines del país. Entre otras, en la sección respectiva (Autoras y Autores), se producirá el regreso tras casi 40 años de ausencia del gran Víctor Erice, nombre mayor de la cinematografía española, con “Cerrar los ojos” (España, Argentina, 2023); así como también se verán los nuevos filmes del argentino Lisandro Alonso (“Eureka”), el rumano Radu Jude (“Do Not Expect Too Much from the End of the World”), el coreano Hong Sangsoo (“In Our Day”), el español Fernando Trueba junto a Javier Mariscal (“Dispararon al pianista”) , el argentino Edgardo Cozarinsky con Rafael Ferro (“Dueto”), el japonés Ryusuke Hamaguchi (“Evil Does Not Exist”), el francés Bertrand Bonello (“La bestia), la alemana Angela Schanelec (“Music”), el brasileño Kleber Mendonça Filho (“Retratos fantasmas”), los argentinos Andrés Di Tella (“Mixtape La Pampa”) y Martín Rejtman (“La práctica”), la italiana Alice Rohrwacher (“La chimera”), el griego Yorgos Lanthimos (“Pobres criaturas”), el norteamericano Michel Gondry (“El libro de las soluciones”) y el neozelandés Taika Waititi (“Gol gana”), entre otros. Una lista considerable y digna de la historia marplatense. También en esta sección se verá el filme del barcelonés Juan Antornio Bayona -director de títulos taquilleros como «El orfanato» o «Jurassic World: el reino caído»-, quien recibirá un premio a la trayectoria en el festival y presentará su último trabajo sobre la tragedia de los Andes, titulado «La sociedad de la nieve».
Por otro lado, en la sección Panorama Argentino, se estrenará la película “Las ausencias” (2023), del gran Juan José Gorasurreta, mítico cineclubista cordobés fundador de La Quimera, referencia de todas las generaciones de críticos y cinéfilos locales. Asimismo, el festival le rendirá tributo a la trayectoria a la argentina Ana Katz y a la Cinemateca Uruguaya, cuya directora, María José Santacreu, tendrá un encuentro con Graciela Borges; aunque el gran homenajeado de la edición será Adolfo Aristarain, de quien se verán «Un lugar en el mundo» y «Martín (Hache)» y quien enviará a Fito Páez a recibir el Premio Astor a la Trayectoria en su nombre.
Si hablamos de focos, este año estarán dedicados al realizador argentino Esteban Sapir; a la actriz, guionista y directora española Ana Mariscal; al cine y los cómics; y al género fantástico con las nuevas voces del cine británico. Sobre todo, se destaca el foco dedicado al cine de Georgia con tres películas seleccionadas y presentadas por el gran director georgiano Aleksandre Koberidze, que fuera sensación de la edición 2019 con “¿Qué vemos cuando miramos el cielo?”, quien estará en el festival.
Otros ciclos interesantes serán el foco Historia del cine francés y la sección Super 8/16 milímetros, donde se podrán ver películas dirigidas por Marta Minujín, Leandro Katz, Elda Cerrato, David Lamelas y Narcisa Hirsch. Y para completar la fiesta, pese a las restricciones presupuestarias estarán presentes realizadores de todo el mundo para acompañar a sus películas y charlas con el público, como Fernando Frías de la Parra, Meredith Hama-Brown, João Salaviza, Renée Nader Messora, Gonzalo García Pelayo, Paulo Abreu, Liz Lobato, Marco Panatonic, Shane Atkinson, Alessandro Pugno, André Novais Oliveira, Martha von Mechow, Francisco Rodríguez Teare, Javier Macipe y Víctor Iriarte. A su vez, se presentará el libro «Fundido a negro. Cine y censura a 40 años del retorno de la democracia», con la firma de autores como Graciela Borges, Lita Stantic, Manuel Antín, Albertina Carri, Victoria Solanas y Eugenio Zaffaroni.
Por último, el festival volverá a ofrecer cine al aire libre con proyecciones gratuitas en el Espacio Unzué, donde pasarán estrenos destacados del año, presentados por sus propios realizadores y protagonistas: «Blondi» de Dolores Fonzi, «Puan» de María Alché y Benjamín Naishtat, «Casi muerta» de Fernán Mirás, «Los delincuentes» de Rodrigo Moreno, «No me rompan» de Azul Lombardía y «El rapto» de Daniela Goggi, serán de la partida.
Todo está dispuesto así en Mar del Plata para reeditar la fiesta cinéfila del año con la esperanza de aventar los nubarrones que asoman en el horizonte, bajo la certeza de que la alegría y el placer del encuentro colectivo con la cultura del mundo bastan para enfrentar a los fantasmas del pasado que vuelven a intentar sembrar el odio entre hermanos.